El trabajo de Wundt

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El trabajo de Wundt

Para ilustrar la naturaleza de la psicología de Wundt. consideraremos dos temas abordados en las dos ramas de la misma. El primero aplica el método experimental de la psicología fisiológica a una antigua pregunta de la psicología filosófica: ¿Cuántas ideas puede contener la conciencia en un momento dado? El segundo aplica el método de la Psicología de los pueblos a la pregunta de cómo crean y entienden oraciones los se­res humanos.

La psicología fisiológica

Una vez que se acepta el Camino de las Ideas de Descartes, se plantea naturalmente la pregunta: «¿Cuántas ideas puede contener la mente al mismo tiempo?» La introspección filosófica tradicional, según Wundt, no ofrecía ninguna respuesta fiable. Sin un control experimental, intentar averiguar a través de la in­trospección el número de ideas que hay en nuestra mente es inútil. porque su contenido varía de un momento a otro y tenemos que basarnos en recuerdos falibles para darnos los hechos de que informa la introspección.

Un toquistoscoplo similar al que utilizaba Wundt en sus experimentos de percepción de letras. El estímulo que se Iba o utilizar estaba escrito en uno tar¡eto que se colocaba en el rectángulo de la parte inferior del oporoto. Un sistema de pesas y cubiertos se utilizaba paro ocultar. exponer y de nuevo ocultar el estímulo al observador. Este toquístoscopio se construyó en lo Columbia University, de Nuevo York.

CAPÍTULO 7 La psicología de la conciencia  223

Se necesitaba un experimento que complementara y perfeccionara la introspección, y que proporcio nara resultados cuantitativos. A continuación, presentamos una versión actualizada y simplificada del ex perimento de Wundt. Imagine que está mirando la pantalla de un ordenador. Por un instante, aproximada­mente 0.09 segundos, aparece u n estímulo en la pantalla. El estímulo consiste en cuatro columnas de cuatro filas de letras elegidas al azar. La tarea consiste en recordar tantas letras como le sea posible. Lo que usted recuerda constituye una medida de cuántas ideas simples se pueden captar en un instante y, por lo tanto, pue­de aportar una respuesta a la pregunta original. Wundt reparó en que los observadores que no tenían prácti­ca en el experimento podían recordar unas cuatro letras, y los que tenían experiencia hasta seis, pero no más. Estas cifras coinciden con los resultados de experimentos más modernos acerca de la capacidad de la me­moria operativa o de trabajo.

En este experimento se pueden observar otros dos fenómenos importantes. El primero tiene que ver con que las letras se presenten en series al azar, como en el experimento anterior, o agrupadas formando pala­bras. Imagine un experimento en el que cada línea de cuatro letras forma una palabra —por ejemplo. abra, idea, sala, todo—_ En estas condiciones, probablemente se podrían recordar las cuatro palabras, o al menos tres de ellas, es decir, un total de entre 12 y 16 letras.

De igual modo, podría leer rápidamente y recordar la palabra «introspectivamente», de 18 letras. Las letras como elementos aislados ocupan rápidamente una gran cantidad de espacio en la conciencia, por lo que sólo se pueden percibir a la vez entre cuatro y seis. En cambio, si dichos elementos están organizados, se podrían captar muchos más. En términos de Wundt, los elementos-letras son sintetizados por la apercep­ción en un todo más amplío que el individuo entiende como una idea compleja lo capta como un elemento nuevo. En los debates en torno a la psicología de la Gestalt, los experimentos acerca de la diferencia en el número de letras recordado cuando éstas se presentan en series al azar o en palabras desempeñaron una fun­ción muy importante. Los psicólogos estadounidenses, en consonancia con el empirismo británico, expli­caban la superioridad de las series organizadas en palabras como resultado de la asociación. Una palabra como «casa» se ha percibido tan frecuentemente que las letras que la componen han llegado a asociarse en una unidad funcional. Los defensores de la psicología de la Gestalt mantenían que la palabra «casa» es un todo con significado en sí mismo, y que la mente lo percibe como tal. Wundt adoptó una postura interme­dia, coherente con el idealismo kantiano: que «casa» es un todo significativo, pero que son las capacidades organizativas de la mente las que imponen la totalidad a los elementos.

El segundo resultado importante que los experimentos de Wundt ponían de manifiesto se refería a la percepción de letras que los observadores no nombraban. Los observadores afirmaban haber percibido cla­ra y distintamente algunas letras —las que eran capaces de nombrar—, pero que su percepción de otras era débil y difusa. Al parecer la conciencia era un ancho campo poblado de elementos ideacionales. Un área de ese campo cae dentro del foco de atención y las ideas que se encuentran en ella son claramente percibidas. mientras que los elementos que quedan fuera de la misma sólo se perciben levemente y no pueden llegar a identificarse. El foco de la conciencia está donde actúa la apercepción, avivando los estímulos para conver­tirlos en estímulos que se ven con claridad y distinción. Los que quedan fuera del foco de la apercepción apenas son aprehendidos y no se ven claramente.

La apercepción era especialmente importante en el sistema de Wundt. No sólo era responsable de la síntesis activa de los elementos en totalidades, sino que también explicaba las actividades mentales supe­riores del análisis (que ponen de manifiesto las partes de un todo) y del juicio. También era responsable de las actividades de relacionar y comparar, que son formas más simples de síntesis y de análisis. La apercep­ción era la base de todas las formas superiores del pensamiento, como el razonamiento y el uso del lengua­je, y desempeñaba una función central en la psicología de Wundt, tanto en so rama individual como en la social.

La importancia que concedía Wundt a la apercepción revela la naturaleza voluntarista de su sistema. Si para él ni la mente ni el yo se referían a una sustancia especial, ¿a qué atribuía nuestro sentido del yo? La respuesta reside en el sentimiento subjetivo de la unidad de la experiencia. La apercepción es un acto de la voluntad con el que controlamos y damos unidad sintética a nuestra mente. Los sentimientos de actividad. control y unidad definían al yo. En la linea de Kant. Wundt escribió (1896, p. 234): «Lo que denominamos

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nuestro «yo» es simplemente la unidad de la volición más el control universal de nuestra vida mental que la hace posikie».

Wundt también estudió los sentimientos y las emociones, porque constituyen una parte evidente de nues­tra experiencia consciente. En numerosas ocasiones utilizó sentimientos observados por introspección como indicios de los procesos que tenían lugar en la mente en un momento determinarlo. Prela que la apercep­ción, por e ¡em ato se caracterizaba por una sensación de esfuerzo mental. Wundt propuso que los sentimientos  podían definirse según tres dimensiones: placer frente a desagrado. activación alta frente a activación baja, y atenciAn concentrada frente a atenciAn rela ¡aria. DealizA una larga serie de estudios diseñados para esta­blecer una base fisiológica para cada una de estas dimensiones, pero  los resultados no fueron concluyentes  y en otros laboratorios se obtuvieron resultados contradictorios, Sin embargo, algunos modernos análisis fac­toriales del afecto han llegado a sistemas tridimensionales similares írtlumenthal, 147 gi. Wundt insistía en  la capacidad activa de síntesis que tiene la apercepción. pero reconocía también la existencia de procesos  pasivos que él clasificaba en términos de diversas formas de asociación o apercepción «pasiva». Existían, por ejemplo. asimilaciones en las que una sensación actual se asocia a un elemento más antiguo. Cuando uno mira una silla, sabe inmediatamente por asimilación de qué oh jeto se trata_ que la imagen de la silla percibida se asocia inmediatamente con el elemento universal más antiguo silla. El reconocimiento es una  forma de asimilación que se da en dos fases: un sentimiento vago de familiaridad seguido del reconocimiento  propiamente dicho. Porotro lado. el recuerdo Rara %TI& Como Rara algunos psicólogos co.nterp_Rovineos, era un acto de reconstrucción más que una reactivación de elementos antiguos. Uno no puede volver a ex­perimentar un suceso anterior. porque las ideas no son permanentes. pero sí puede reconstruirlo a partir de  indipips entumes rlg r.i22:i21 tenlas aarterales.

Por último, Wundt estudió los estados anormales de conciencia. Se ocupó de las alucinaciones, la de­presión, la hipnosis y los sueños. El gran psiquiatra Emil Kraepelin (1856-1926) estudió con Wundt y de-  1:4,5 r-nurrliirii.,naP la BEiffliatiría slalsrrraadrr diagnr5stirirrs /211R una basé, riiontlifia 12142E2 21 Caffinill,, 5;. Sus  primeros estudios fueron sobre lo que él denominaba dementia praecox (demencia precoz), que después se  denominaría esquizofrenia. Se percibe en su obra la influencia de la teoría de Wundt sobre la enfermedad.  ertl:in la !`liar la ae1″till3í-IfIgfill 11’4 iEla PI !Manes da lFIE OFFIEVIEEIE i aí2FIEli`_11:1. PI urn-liarita Int111118f0FliElí-1 oisT­de el control aperceptivo del pensamiento característico de la conciencia normal y se somete en su lugar a  los procesos asociativos pasivos. De esta manera, su pensamiento se convierte en una mera sucesión de aso­firapirtnpz. 121:1 UF’, da LIE 1219a EMIdl elf-APPERE paaf:11findae y diri.g.idac prir  Feta     Ea viraba
a cobrar fuerza en la actualidad.

La folcologi.a de          fzueblos

Especialmente durante el desarrollo de su sistema de Leipzig, Wundt defendió que la psicología expe­rimental del individuo no podía constituir una psicología completa. y elevó el método comparado-histórico al MifirTIO nivel que el rultoko experimental. 1 a mente de lós irdiVIAIIOS vivos es el prolicin de una larga trayectoria de desarrollo de las especies. trayectoria que los mdividuos desconocen. Por ello, según Wundt, debemos recurrir al estudio de la historia para comprender el desarrollo de la mente. El estudio de los ani­males y los ni,Aos se ve limitado por su incapacidad para la introspecein. 1 a historia amplia el campo de la conciencia individual. Concretamente, la variedad de culturas es un claro reflejo de las distintas fases de la evolución mental y cultural del ser humano. desde las tribus primitivas hasta los estados-nación civilizados. FI trlrm;no psicotogja de los pneMes, por lo tanto, se refiere al estudio de los productos de la vida colectiva —especialmente, el lengua ie. el mito y la costumbre— que constituyen indicios de las operaciones supe­riores de la mente. Wundt afirmaba que la psicología experimental sólo penetra en la superficie de la men­te, mientras que la psicología de ios pueblos profundiza mucho miss en ella, hasta llegar al Yo Trascendental.

En los intelectuales alemanes del siglo xtx era habitual el énfasis en el desarrollo histórico, que habían heredado de Vico y Herder. Desde su punto de vista, todo individuo nace de su cultura natal. con la que tie­ne una relacirin orgánica_ Además, las culturas tienen historias comple ¡as que determinan sus formas y con­tenidos. Por lo tanto, se tendía a creer que la historia se podía utilizar como método Rara llegar a compren­der lu psicología humana y las mentalidades de los diferentes grupos étnicos (Burrow, 2000).

CAPITULO 7 La psicología de la conciencia  225

Los comentarios de Wundt sobre los mitos y las costumbres eran típicos de su época. Concebía la his­toria como una sucesión de fases, desde las tribus primitivas, pasando por una époczt de héroes y la forma­ción de los estados hasta culminar en un mundo-estado basado en el concepto de la humanidad como un todo. Muchos estudiosos del siglo xix creían que las sociedades que existían en ese momento, con sus diferentes niveles de desarrollo económico. reflejaban el desarrollo histórico de la humanidad. Viajaren el espacio geo­gráfico. de cultura en cultura, era también viajar en el tiempo. Como dijo el historiador inglés W. E. Lecky (1838-1903), «aún existe una diversidad tal en el grado de civilización de las naciones que atravesar exten­siones espaciales es casi como atravesar extensiones temporales, porque entramos en contacto con ejemplos representativos de prácticamente todos los estadios anteriores de la civilización» (citado por Burrow, 2000, p. 72). A mediados del siglo XIX. Wundt era el más destacado portavoz de la idea de que el estudio de las culturas revelaba la evolución de la mente humana (Burrow. 2000). La contribución más importante corría a cargo del estudio del lenguaje, ya que articulaba una teoría de la psicolingüística que llevaba a conclusio­nes similares a las de la psicolingüística de la década de 1960 (véase el Capítulo 12). Para Wundt. el len­guaje formaba parte de la psicología de los pueblos porque, al igual que el mito y la costumbre, el lengua­je y cada lengua son producto de la vida colectiva. Como el pensador del siglo XV1I1 Lord Monboddo, Wundt creía que «el estudio del lenguaje. si se lleva a cabo de la manera apropiada, es la mejor manera de conocer la historia de la mente humana» (citado por Porter. 2000. p. 237). Wundt dividía el lengua je en dos aspec­tos: los fenómenos externos, que consistían en las expresiones producidas o percibidas realmente, y los fe­nómenos internos. que eran los procesos cognitivos que subyacen a la producción externa de palabras. Esta división de los fenómenos en aspectos internos y externos, de carácter notablemente kantiano, fue propues­ta originalmente por Fechner y es uno de los elementos centrales de la psicología de Wundt. La distinción entre lo interno y lo externo es más clara en el lenguaje que en otros objetos de estudio. El lengua je se pue­de describir como un sistema organizado y asociado de sonidos que emitimos u oímos; esto es lo que cons­tituye la forma externa del lenguaje. No obstante, esta f orma externa es la expresión superficial de unos pro­cesos cognitivos más profundos que organizan los pensamientos del hablante, preparándolos para su producción oral, y que permiten al receptor extraer un significado de aquello que escucha. Estos procesos cognitivos constituyen la forma mental interna del habla.

Según Wundt, la producción de una oración comienza con una idea unificada que el hablante desea ex­presar, la Gesdnitrorsteliung o configuración mental global. La función analítica de la apercepción prepara la idea unificada para el habla, para lo cual deben analizarse sus partes constituyentes y una estructura de­terminada que conserve la relación existente entre las partes y el todo. Veamos, por ejemplo, el caso de la oración simple «el gato es negro». La división estructural básica de dicha oración es sujeto y predicado, y puede representarse en un diagrama de árbol. modelo que introdujo el propio Wundt. Si tomamos G zz. Ge­samtvorstellung, S = su jeto y P predicado, obtendremos el siguiente diagrama:

S

(gato)   (negro)

La idea de un gato negro queda así dividida en sus ideas fundamentales y puede expresarse verbalmente como «el gato es negro», añadiendo las palabras funcionales (el y es) que se requieren, en este caso, en nues­tra lengua. Otras ideas más complejas requieren un mayor nivel de análisis y han de representarse en dia­gramas más complejos. En cualquier caso, todo el proceso se puede describir como la transformación de un pensamiento organizado e inexpresable en una estructura secuencial expresable de palabras organizadas en una frase.

El proceso se invierte en la comprensión del habla. En ese momento se recurre a la función sintetiza-dora de la apercepción, en vez de a su función analítica. El oyente debe utilizar las palabras y la estructura

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gramatical de la oración para reconstruir en su mente la configuración mental global que el emisor preten­de comunicar. Wundt defendía esta idea de comprensión. señalando que normalmente recordamos lo esen­cial de aquello que escuchamos. pero raramente recordamos su forma superficial (externa), la cual tiende a desaparecer en el proceso de construcción de la Gesamtvorstellung.

Sólo hemos mencionado una pequeña parte de las ideas de Wundt acerca del lenguaje. También escri­bió acerca del lengua je gestual. del origen del lengua je a partir de sonidos expresivos involuntarios, del len­guaje primitivo (basado más en la asociación que en la apercepción). de la fonología y del cambio semán­tico. Podemos decir que se ha ganado el reconocimiento como fundador de la psicolingüística tanto como el de fundador de la psicología.

Sin embargo, sigue quedando un misterio sin resolver sobre la Psicología de los pueblos de Wundt. Aun­que le concedía en sus escritos un gran valor e impartió clases sobre ella, nunca formó a nadie en su prácti­ca (Kusch, 1995). Además, resultaba sumamente difícil de leer y ejerció una influencia mínima. incluso en Alemania (,iahoda, 1997), a pesar de que reflejaba claramente los valores de sus Mandarines. Fuera de Ale­mania ni siquiera llegó a conocerse ni a prestársele atención (Jahoda. 1997).

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