FASE II (10 meses-1 1/2 años)

FASE 11 (10 meses-1 1/2 años)

En esta fase, el piso, las paredes y los muebles del consultorio parecían ser equiparados a las superficies de los objetos, como los representantes de los estados internos del paciente. Barry continuó pegando trozos de papel en las paredes del consultorio, en cuanto tenía una explosión de violencia. A veces, despúés de haber empapado totalmente el papel, de haberlo escurrido y desplegado en la pared, de modo que parecía fino como tisú, Barry lo raspaba con la uña para arrugarlo y darle el aspecto de una piel rasguñada por una uña mellada —un recuerdo de los arañazos del principio—, En la transferencia esto dio por un lado la impresión de que Barry tenía la idea de un objeto fino como papel, vulnerable y sensible; pero por otro lado también era la prueba de su capacidad para aceptar a la analista como un objeto firme: firme frente a amenazas de violencia y, en consecuencia, protector para Barry, los otros pacientes y para ella misma. Unos años más tarde verbalizó: «La cosa más sensata que usted ha dicho fue ‘sin violencia’ «.

 

104                                                          D. WEDDELL

El vendaje de Barry y su preocupación por las heridas pareCió haberse metamorfoseado en un poderoso interés por los orificios. Comenzó a preocuparse con entradas y salidas, y al mismo tiempo empezó a dibujar, primero en el piso, más tarde en las paredes y finalmente en el papel. Fue durante la evolución de estos dibujos que la firmeza analítica comenzó a estructurarse. Dibujó policías que dirigían el tránsito en calles de una sola mano, que protegían ciertas posiciones y marcaban dónde se habían cometido crímenes. Llegué a darme cuenta de quedas cruces en el piso eran policías (tiza azul) y crímenes (tiza roja). Cuando hacía las marcas imitaba el ruido de la sirena de las ambulancias, los carros de bomberos o los autos de policía.

Mientras se desarrollaba este aspecto de la transferencia, la adicción de Barry por la televisión fue incluida en las sesiones; primero como «T.V. psicoanalítica» y luego como «D. W. T. V.». Barry tarareaba los temas de las melodías que anunciaban la llegada del auto policial Z, y después de la Policía Montada del Canadá. A continuación cantaba «Dios salve a la reina» cuando parecía que el orden estaba en vías de restablecimiento durante una sesión. Más adelante en el análisis, durante el período en que la confusión entre pecho y trasero ocupaba el primer plano del material, parecía que el árbitro de la distinción entre limpio y sucio era Sigmund Freud, en el papel de padre respetado. Una vez que Barry hubo escrito el nombre de Freud en la pared, los actos de ensuciar y corromper durante las sesiones comenzaron a disminuir. De esta manera, resultó claro que cuando Barry me sentía como una firme pecho-madre-analista, que estaba bien apoyada, era porque me vivenciaba como la poseedora de fuertes y útiles penes-policía­padre.

Mientras tanto, Barry comenzó a interesarse por el interior del cuerpo de la madre-analista, sus órganos y sus funciones. En sus dibujos se puede comprobar que concebía los órganos del cuerpo como objetos con espacios aptos para contener objetos: dibujaba bebés tanto como penes-policías. Parecía que había ojos tanto dentro de los confusos objetos que asemejaban un pecho-genital, como afuera mirando hacia adentro. Esto parecía vinculado con su adicción a mirar T.V. y con su manera de controlar realmente las actividades de la analista entre las sesiones, ya que vivía muy cerca de la casa de ella.

Fuera del análisis, Barry pasaba mucho tiempo viajando por todo Londres en el subterráneo. Consideré que ello se relacionaba con su identificación con el pene paterno en sus funciones de explorar, detectar y proteger. Más adelante, (como lo demuestran sus dibujos), el camino de ida y vuelta a la Clínica tenía para Barry el significado de moverse de una a otra parte de mi cuerpo. El mismo necesitaba la protección de esos penes-policías cuando se sentía amenazado por los ladrones y asesinos intrusos que aparecían en esa época en las noticias, por ejemplo el asesinato de la autorruta A6.

Durante los fines de semana en su casa, Barry estaba interesado ya no tanto en los vendajes como en cubrir las paredes de su cuarto con afiches, que conseguía en el subterráneo de los encargados de pegarlos, hecho que parecía continuar la reparación omnipotente del final de la primera fase, como ya se describió.

Al mejorar su capacidad para conceptualizar, Barry fue más capaz de indicar

 

expresivamente en sus dibujos cómo podía reconocer distintos estados mentales y de ánimo cuando éstos ocurrían: antes del análisis, durante las sesiones, al irse, con un retorno al caos antes de la siguiente sesión.

Durante las segundas vacaciones (la larga interrupción del verano, 1963) Barry atravesó al parecer por una breve fase autista, que comenzó a ceder cuando sus padres lo trajeron de vuelta a Inglaterra.

Al volver al tratamiento, su ansiedad depresiva alcanzó niveles altos, después de una crisis inicial similar a la que sucedió luego de Pascuas. Una vez más el episodio destructivo pareció actuar como acicate para una mayor cooperación. Comenzó a dibujar en las paredes en lugar de en el piso, lo cual de alguna manera acarreó una sensación de alivio y de progreso.

Algunos de estos dibujos junto con el material acompañante serán presentados en secuencias, cubriendo un período de tres semanas, desde la mitad del primer trimestre hasta que se hizo sentir la inminencia de las siguientes vacaciones de Navidad. Se indica la línea de interpretación, no porque se considere necesariamente «correcta», sino para completar la descripción de los hechos que ocurrieron en la sala de juegos.

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