LO QUE MUESTRAN LOS ESCÁNERS CEREBRALES. Estrategias para hablar con hombres.

Cuando una mujer habla, el escáner cerebral muestra que tanto la zona del habla del hemisferio izquierdo como la del derecho están activas, al igual que sus funciones auditivas. Esta poderosa capacidad multitarea permite que la mujer escuche y hable simultáneamente sobre diferen­tes temas. Los hombres se quedan bastante atemorizados cuando co­nocen que las mujeres tienen esta habilidad. Ellos sólo sabían que eran muy parlanchinas.

Las mujeres pueden hablar y escuchar simultáneamente
al mismo tiempo que acusan a los hombres de no saber hacer
ni una cosa ni la otra.

El hecho de que las mujeres hablen tanto ha sido un tema recurrente para los chistes entre hombres durante años y años. En cualquier país se pueden escuchar estas palabras: «Escuchen a las mujeres cuando ha­blan: bla, bla, bla y ninguna escucha a la otra». Chinos, alemanes o noruegos se quejan tanto como los hombres esquimales y africanos. La diferencia es que cuando los hombres se quejan, suelen hacerlo de unoen uno porque, hasta el momento, se ha demostrado que sólo pueden hablar o escuchar, no pueden hacer las dos cosas a la vez.

ESTRATEGIAS PARA HABLAR CON HOMBRES

Los hombres sólo se interrumpen en la conversación si ésta ha dado un vuelco y se sienten agresivos o competitivos. Si quiere comunicarse con un hombre, una estrategia muy sencilla es no interrumpirle cuando hable. Esto es muy difícil para una mujer porque, para ella, hablar simultáneamente refuerza las relaciones y demuestra interés y partici­pación. Tiene necesidad de sacar diferentes temas en la conversa­ción para impresionar al hombre o hacerle sentir importante. El efecto que consigue suele ser el contrario: el hombre queda ensordecido y además considera que la interrupción es un acto poco educado.

Los hombres se turnan para hablar.
Por eso, cuando le toque a él, déjele hablar.

«Deja de interrumpirme» se gritan los hombres y las mujeres en cualquier lengua y lugar del mundo. Las frases del hombre tienden a ofrecer soluciones por lo que tiene que pronunciar la frase hasta el final porque de no ser así, su intervención resultaría en vano. El es incapaz de controlar diferentes temas en una conversación y le parece que si alguien lo hace, se trata de una persona maleducada. Para una mujer esta explicación carece de lógica puesto que, para ella, el tratar diferentes temas es una forma de relacionarse y hacer que el interlocu­tor se sienta valorado. Para colmo, aunque los hombres sean los que se quejen de ser interrumpidos, en una conversación típica entre hombre y mujer el 76% de las interrupciones las hace el hombre.

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