LOS ÁMBITOS DEL PENSAMIENTO Y LA EMOCIÓN SE SEPARAN PARA FACILITAR SU TRANSFORMACIÓN

LOS ÁMBITOS DEL PENSAMIENTO Y LA EMOCIÓN SE SEPARAN PARA FACILITAR SU TRANSFORMACIÓN

La forma de hablar acerca del yo que a un psicólogo le gusta oír implica emplear un vocabulario determinado para referirse a los pensamientos y los sentimientos. Los «pensamientos» se separan de los «sentimientos», como si fueran ámbitos distintos de la vida

 

LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA

mental individual, lo que permite que dicha separación sea una de las características definitorias de la alienación en la sociedad capitalista. Al igual que gran parte del asesoramiento psicológico y la práctica psicote­rapéutica, la psicología en su faceta ostensiblemente «más blanda» y terapéutica refuerza esta alienación desde el momento en que promete ayudar a las personas. Y la psicología incide y refuerza esta separación en buena parte debido al hecho que la «conciencia psicológica» sea asumi­da como una característica de la autorreflexión y la disposición al cambio.

Este proceso supone que los «pensamientos» se hallan en los sus­tratos superiores y que mantienen a los sentimientos ocultos en los niveles inferiores, a raya, en un nivel que precisa abrirse. Lejos de ser una mera suposición teórica, esta concepción se refuerza e incluso repi­te insistentemente a los clientes a modo de moralina durante la práctica psicoterapéutica, psicoanalítica u otras afines’2.

La filosofía se ha pasado años preocupándose por esta concepción dualista de la mente, si bien la psicología se escindió de la filosofía a finales del siglo XIX y desde entonces se ha esforzado por ignorar por completo los debates conceptuales. La separación de los pensamientos y los sentimientos refleja a su vez la división de la psicología en sus dis­tintas áreas especializadas. Desde sus distintas demarcaciones los terapeutas «cognitivos» y «conductuales» se centran en los pensamien­tos o en las conductas y rivalizan con los psicólogos «psicodinámicos» o «humanistas» que van más a los sentimientos y cosas por el estilo. Esto supone que para que el futuro cliente obtenga tratamiento tendrá que hallar el camino a través de un campo minado de conflictos disciplina­res y de supuestos culturales y de clase13.

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