La fenomenología científica: la psicología de la Gestalt

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La fenomenología científica: la psicología de la Gestalt

Los principales psicólogos de la Gestalt fueron Max Wertheimer (1880-19431, Wolfgang Kaler (1887-1967) y Kurt Koffka (1E87-1941). Wertheimer, fundador y líder inspirador del movimiento, se doctoró con Külpe en Wurzburgo. KOhler sucedió a Stumpf como director del prestigioso Instituto Psicológico de Berlín y, tras haber estudiado tanto física como filosofía y psicología, se convirtió en el primer teórico e investigador del grupo. Koffiza fue el primero en poner por escrito las ideas de Wertheimer y difundir por todo el mundo en

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libros y artículos el mensaje de la psicología de la Gestalt. De entre sus muchos discípulos y colaboradores, el más importante fue Kan Lewin (1890 -1947) que diseñó aplicaciones prácticas de las teorías de la Ges­talt. Inspirados por el objetivo de Stumpf de describir la conciencia en lugar de analizarla artilicialmente, crearon un enfoque radicalmente distinto para la comprensión de la experiencia consciente que rechazaba prácticamente todos los aspectos del Camino de las Ideas cartesiano.

Incluso antes de los estndios llevados a cabo por los miembros de la escuela de Wurzburgo, cada vez era más evidente que la teoría empirista-asociativa se enfrentaba a enormes dificultades para explicar cómo los objetos de la percepción, organizados y significativos, se crean supuestamente a partir de elementos sen­soriales carentes de significado. Christian von Ehrenfels (1859-1932). con quien estudió Wertheimer. había empezado a formular un punto de vista alternativo introduciendo el término Gestalt (forma o totalidad) en la psicología. Una melodía. afirmaba Ehrenfels, es más que una secuencia de notas. Una melodía puede trans­portarse a otra tonalidad, de manera que cambien todas sus notas          los elementos sensoriales que supues‑
tamente la componen— y sin que cambie por ello nuestra percepción de la melodía misma. Ehrenfels pro­ponía que además de elementos sensoriales, los objetos de la conciencia También se componían de elementos o cualidades formales —Gesraltqualit¿tten—. Cuando Ehrenfels introdujo su hipótesis en 1890, dejó ambi­guo el estatuto ontológico de las cualidades gestálticas o formales. ¿Eran éstas impuestas por la mente a los elementos sensoriales, tal y como proponía el propio maestro de Ehrenfels Alexius Meinong (1853-1920)? ¿O eran algo más, estructuras objetivas (no elementos) que existían en el mundo y que la conciencia reco­gía, como pensaban los filósofos realistas y los fenomenólogos? La psicología de la Gestalt se inclinó cla­ramente por esta última opción.

El rechazo gestaltísta del marco de pensamiento cartesiano

A los psicólogos de la Gestalt les horrorizaban las teorías atomistas de la conciencia. y propusieron la psicología de la Gestalt como una revolución liberadora del antiguo régimen de la psicología. Como dijo Kühler a los miembros de la A.P.A. (American Psychological Association) (Asociación Psicológica Norte­americana j:

Estábamos emocionados por lo que habíamos averiguado, e incluso más emocionados aún por la posibilidad de dar con hechos aún más reveladores. Además, no era sólo la estimulante novedad de nuestra empresa lo que nos inspiraba. También se trataba de una gran sensación de liberación. como sí estuviéramos escapando de una cárcel. La cárcel era la psicología tal y como se enseñaba en las universidades cuando aún éramos estudiantes. En su día. nos había impactado la tesis de que todos los hechos psicológicos (no sólo los de la percepción) consisten en un conjunto de átomos inertes y no relacionados entre sí, y de que prácticamente los únicos factores que combinan estos átomos y que, por lo tanto. generan actividad son asociaciones que se fonnan bajo la influencia de la mera contigüidad. Lo que nos había desconcertado era la absoluta falta de sentido de esta concepción, y de lo que im­plica: que la vida del ser humano, aparentemente tan llena de color y de tan intenso dinamismo, es en realidad una terrible monotonía. No se podía decir lo mismo de la nueva imagen que nosotros proponíamos, y teníamos la sen­sación de que estaban por llegar nuevos descubrimientos que terminarían de destruir lo que quedaba de la concepción anterior (1959/1978, pp. 253-254).

Los teóricos de la Gestalt sostenían que la antigua imagen. el Camino de las Ideas, se erigía sobre dos supuestos erróneos. El primero era la hipótesis de la asociación (el atomismo esencialmente asociativo), iden­tificado por Wertheimer, que defendía que, al igual los compuestos químicos, los objetos de la conciencia se componen de elementos atómicos fijos e inmutables. Según Wertbeimer. esta hipótesis era un supuesto teórico impuesto artificialmente a la experiencia, no una descripción natural de la conciencia tal y como ésta se presenta ante nosotros. Wertheimer escribió:

Miro por la ventana y veo una casa, árboles, el cielo.

Teóricamente podría decir que hay 327 brillos y matices de color. ¿Tengo yo «327>i? No, lo que tengo es el cielo. la casa y los árboles. Es imposible conseguir el «327» como tal. Pero aun si fuera posible realizar tan cu­rioso cálculo y éste implicara, digamos, 120 para la casa. 90 para los árboles y 117 para el cielo. yo deberia tener al menos esa distribución y división del total, y no. digamos. 127. 100 y 100: o 150 y 177 (1023 r 19.311. p. 71,

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La segunda suposición errónea que la antigua imagen imponía sobre la experiencia era la hipótesis de la constancia, identificada por KOhler (1947), que representaba la cara fisiológica del Camino de las Ideas. Según ella, todo elemento sensorial de la conciencia correspondía a un estímulo físico específico registra­do por un órgano sensorial.

En su crítica de las hipótesis de la asociación y de la constancia, los psicólogos de la Gestalt rechaza­ron la filosofía moderna de la mente casi en su totalidad. El atomismo de la conciencia comenzó cuando Des­cartes separó el mundo de la experiencia (ideas) del mundo de los objetos físicos. La percepción se convir­tió en una proyección punto por punto de los estímulos físicos sobre la pantalla de la conciencia. como en una cámara oscura. Los psicólogos de la Gestalt sólo continuaron la corriente minoritaria del realismo filo­sófico.

El programa de investigación de la Gestalt

El origen de la psicología de la Gestalt como programa de investigación tuvo lugar en el año 1910 con las investigaciones sobre el movimiento aparente dirigidas por Wertheimer con la ayuda Kóhler y Koffka, Encontramos un claro ejemplo de movimiento aparente en el cine, que consiste en una serie de imágenes expuestas a gran velocidad que se perciben como un movimiento suave y continuo de los objetos. En los ex­perimentos de Wertheimer (1912/1961). los observadores veían exposiciones estroboscópicas sucesivas de dos barras negras verticales en dos puntos fijos diferentes sobre un fondo blanco. Wertheimer variaba el in­tervalo de tiempo que transcurría entre la desaparición del primer estímulo y la aparición del segundo, Cuan­do el intervalo entre ambas exposiciones era de 30 ms, el observador percibía la aparición de ambas barras como simultánea. Si el intervalo era de 60 ms. el observador afirmaba ver una única barra desplazándose de un punto a otro.

Para dar a este experimento un nombre libre de las hipótesis teóricas que se intentaba evitar, Werthei­mer lo bautizó comolenómeno phi. El término «movimiento aparente» refle jaba la interpretación dominante del fenómeno en el momento en que Wertheimer realizaba sus experimentos. Guiados por las hipótesis de la asociación y la constancia, los psicólogos explicaban el movimiento aparente como una ilusión, un error cognitivo en el que incurría el observador, que veía dos objetos idénticos en dos puntos diferentes e infería erróneamente que se trataba de un único ob jeto que se había desplazado desde el primer punto hasta el se­gundo. Esta explicación sostiene que no hay experiencia de movimiento dada en la conciencia. sino que el movimiento es sólo «aparente>;, lo que justifica la experiencia. Sin embargo, Wertheimer y sus seguidores insistían en que la experiencia de movimiento era real, dada de forma genuina en la conciencia, aunque no correspondiese a ningún estímulo físico (en contra de lo que afirmaban las hipótesis de la asociación y de la constancia).

Esta idea de la psicología de la Gestalt queda reflejada en la percepción de contornos ilusorios en la Fi­gura 7.1. En ella percibimos claramente un triángulo que no podemos decir que realmente esté ahí. Además.

FIGURA 7.1. Contornos ilusorios en el triángulo de I< OUiSZO

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FIGURA 7.2. Lo Ley de lo Semejanza, de lo Gestalt,

el observador tiende a ver el área del triángulo fantasma como un espacio de color más claro y brillante que el espacio circundante. Por lo tanto. el observador experimenta un contorno y una diferencia de claro y os­curo a los que no corresponde ningún estímulo físico.

Los contornos ilusorios muestran también cómo el estudio de la Gestalt del fenómeno phi podría ser pertinente al problema de la percepción de objetos. En esta figura, igual que en la percepción de una forma melódica o en el fenómeno phi, percibimos una forma o Gestalt a la que no corresponde ningún estímulo fí­sico. Los objetos —la casa, los árboles y el cielo de Wertheimer— se dan inmediatamente a la conciencia como totalidades significativas, no como agregados de sensaciones elementales.

«Cuando se nos presentan varios estímulos, normalmente no experimentamos «varios» objetos indivi­duales», escribió Wertheimer (1923/1938, p, 78). «Lo que se da en la experiencia, en cambio, son totalida­des más amplias separadas unas de otras y relacionadas entre sí… ¿Esa organización y división se rige por principios definidos?». Wertheimer creía que sí, y estableció un conjunto de «principios organizadores, que aún hoy se citan en los manuales. Por ejemplo, de acuerdo con la Ley de la Semejanza, tendemos a ver co­lumnas de triángulos y círculos en lugar de cinco filas en las que se alternan los cuadrados y los círculos.

Más tarde Kóhler formuló una ley general de la organización global, la Ley de la Pregnancia (Prag­nanz), que se refiere a la tendencia de las experiencias a adoptar las formas más sencillas posibles.

Es importante comprender que. según la psicología de la Gestalt, las formas o Gestalten no son algo que la mente imponga a la experiencia. sino algo que se descubre en la experiencia. Son objetivas. no sub­jetivas. Especialmente según KeShler, las Gestalten son organizaciones naturales, físicamente reales, que en­contramos en la naturaleza, en el cerebro y en la experiencia, siendo todas ellas isomorfas. En física vemos cómo las fuerzas dinámicas organizan espontáneamente partículas materiales en elegantes formas simples. De la misma manera, el cerebro según Kóhler es un campo dinámico de campos de fuerza que se organi­zan a sí mismos, que refleja fati Gestalten físicas y genera las Gestalten de los objetos de la experiencia. «En cierto sentido, la psicología de la Gestalt se ha convertido desde entonces en una especie de aplicación de la física de campo a las partes esenciales de la psicología y la fisiología del cerebro» (Kohler, 1967/1971, p. 115).

El conflicto entre el atomismo y la autoorganización gestáltica se extendió al estudio de la conducta. incluida la conducta animal, El principal estudioso de la conducta animal a finales del siglo fue Edward Lee Thorndike (1 874-1949), que dio un giro radical a la teoría atomista de la conciencia para convertirla en una teoríaatomista de la conducta (véase el Capítulo 10). Thorndike observó a gatos aprendiendo a manipular ciertos dispositivos para poder salir de una «caja problema». Observando su conducta basada aparentemente en el ensayo y el error, Thorndike llegó a la conclusión de que los animales no forman asociaciones entre ideas, sino entre los estímulos de la caja y la respuesta necesaria para escapar de ella. Algo después. Keih­ler estudió la inteligencia de los simios y llegó a conclusiones diferentes. Sus simios demostraban comprender [insightj los problemas que se les planteaban al resolverlos de forma súbita y con soluciones simples (igual que las Gestalten surgen espontáneamente en la conciencia). Según Kóhler, como la construcción de las ca­jas-problema esconde el funcionamiento de sus mecanismos de apertura, la acción del animal quedaba li­mitada al ensayo y al error por la propia situación, no porque éste se limitara a formar asociaciones estímu­lo-respuesta. Igual que la antigua imagen atomista de la conciencia imponía sus supuestos a la concepción que ios psicólogos tenían de la percepción, Thorndike imponía el aprendizaje estímulo-respuesta, aleatorio y atomista. a los animales que utilizaba como sujetos de sus experimentos. Kóhler buscaba tanto una feno­menología de la conducta como una fenomenología de la conciencia. Posteriormente, Wertheimer aplicó al

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FIGURA 7.3. E! jarrón-perfil. El jarrón que aparece en lo imagen es un jarrón auténtico diseñado poro celebrar el XXV aniversario de boda de lo reino Isabel II de Inglaterra (derecho) y su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo (izquierdo).

pensamiento humano el concepto de comprensión (insight) de la Gestalt como autoorganización de la con­ducta, y Kurt Lewin aplicó el concepto de campo dinámico de la Gestalt a la conducta social. En estos es­tudios de conducta y psicología social podemos observar que los psicólogos de la Gesielt compartían con los demás psicólogos de su generación el deseo de que la psicología se convirtiera en una ciencia comple­tamente natural. Sin embargo. su insistencia en las unidades irreductibles les distanciaba de la motivación positivista que llevó a otros psicólogos alemanes como Külpe o Titchener a perseguir este mismo objetivo de la psicología como ciencia natural.

A finales del siglo XIX. los alemanes cultos temían las posibles concepciones atomistas del universo. Como hemos visto, para ellos el atomismo estaba vinculado a dos males gemelos: la Máquina (un objeto hecho de partes separables) y el Caos (un vacío informe de átomos en el que las máquinas pueden llegar a disolverse). La creencia en totalidades reales o Gestalten ofrecía una tercera vía posible en la que el orden y el significado eran inherentes a la naturaleza. Sin embargo, el término «Gestalt» estaba relacionado con las corrientes conservadoras y racistas del pensamiento alemán que tendían a rechazar la ciencia moderna. Houston Stewart Chamberlain, por ejemplo. afirmó que la vida es una Gestalt y que, con la sola excepción de la atomizada raza sin nación de los judíos. toda raza era una Gestalt, siendo la teutona superior a todas ellas. Ehrenfels expresó opiniones similares, aunque en su caso no antisemitas, al establecer la Gestalt (el bien) como medio para luchar contra el Caos (el mal) y depositar la esperanza de salvación en la música ale­mana. Por lo tanto, fue muy atrevido por parte de Wertheimer, que era judío, bautizar con el término «Ges­talt» un movimiento urbano, democrático y científico. En vez de culpar a la ciencia de la situación actual, aspiraba a utilizar una ciencia correcta e inflexible para demostrar que el mundo de la experiencia no era una mentira. sino que correspondía a una realidad física estructurada, organizada y con sentido.

Recepción e influencia de la psicología de la Gestalt

A mediados de la década de 1930, la psicología de la Gestalt ya se había dado a conocer en el mundo, algo que protegió brevemente a Kóhler de la persecución nazi. No obstante, hubo críticas alemanas signifi­cativa.s hacia la teoría de la Gestalt. Las más importantes procedían de la escuela de la psicología de la Ganz­heit (esto es, de la totalidad u holista) liderada por Feliz Krueger (1874-1948), el sucesor de Wundt en Leip­zig. Los seguidores de dicha escuela consideraban insuficientemente psicológica la teoría psicológica que defendía que las Gestalten son físicamente objetivas. Su lema era «No hay Gestalt sin Gestalter» (algo así como «no hay organización sin organizador»), con el que se adherían a la idea kantiana de que las Gestal­ten las impone la mente, no son algo que se descubra.

Comenzando por Koffka, en 1927, los principales psicólogos de la Gestalt dejaron Alemania para mar­charse a Estados Unidos. Wertheimer fue uno de los primeros judíos a los que los nazis despojaron de su cátedra. Kohler se resktió a la toma de las universidades por los nazis, pero a pesar del apoyo del Ministe­rio de Asuntos Exteriores (Ash. 1995), también terminó marchándose a Estados Unidos. Allí, los psicólo­gos de la Gestalt hicieron frente al conductismo en una sociedad en la que el concepto de Gestalt no tenía

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inferior derecha del dibujo? Este ambiguo dibujo no fue diseñado por los psicólogos de la Gestalt, sino que apareció por primero vez como una postal a principios del sigla xix. cuyo lítula ero «Mi esposo y mi suegro».

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tales de la psicología de la Gestalt y a pesar de que eligieron a Kühler como presidente de la American Psycho­logical Association, la teoría de la Gestalt les resultaba extraña y desconcertante. Además. los teóricos de

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de posgrado (Sokal. 1984). La excepción fue Kurt Lewin, que remodeló su personalidad según los cánones norteamericanos, se aseguró de poder formar a doctorandos y eligió temas estadounidenses como la diná­rn ;le grupes I kt„

Es difícil determinar cuál ha sido el legado de la psicología de la Gestalt para la psicología. Sus de­mostraciones y principios organizativos aún aparecen en los manuales actuales. Su mayor contribución fue la reformulaciÁn del estudio de la percepciAn para «trinchar la naturaleza por sus articulaciones». ricos de la Gestalt no se oponían a analizar la experiencia en partes, pero sí a analizarla en partes arbitrarias (Henle. 1985). Tal vez debido a la influencia de la Gestalt. los psicólogos continúan siendo precavidos a la hora de imponer supuestos preteAricos a sus datos, y la concepción de IC-Stiler del cerebro como un sistema que se organiza a sí mismo está recuperándose, aunque sin reconocimiento expreso. en la psicología cone­xionista y en la neurociencia. Sin embargo, la preocupación de la Gestalt por la totalidad y la unidad pare­ce un eco lejano de la cultura. hoy ya perdida. de la Bildungsbürger. Quizás el mejor resumen del efecto prevli leido por la cholo la de la Gestalt C.S         florfl los ‘libelos RSIIZÓIQSQ5 s.] iery.imientes de
este movimiento, A. S. Luchins (1975). Luchins reconocía que algunos elementos de la terminología de la Gestalt aún se utilizan con frecuencia hoy día. especialmente en la psicología norteamericana, pero negaba 11112 sn hubigr-as 21i1-11’12d1l 11:1S f:1:1111:2FitP,S a has ana agng PIrr,,,,,inns F-2 PC.fi’arge. P.112’12 a:1:g la psiseilinía ri la Gestalt, con su énfasis en las totalidades, la síntesis y la concepción de la psicología como parte de una «com­prensión total de la existencia humana» fuera. como la de Wundt, de carácter demasiado mandarín para ser

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