LOS PSICÓLOGOS CRÍTICOS, EN OCASIONES, CONTRIBUYEN A LA FORMACIÓN DE UNA NUEVA ‘SUBDISC1PLINA’

LOS PSICÓLOGOS CRÍTICOS, EN OCASIONES, CONTRIBUYEN A LA FORMACIÓN DE UNA NUEVA ‘SUBDISC1PLINA’

La psicología ha experimentado una enorme expansión desde que en la década de los sesenta los movimientos anticapitalistas y antipsiquiátri­cos lideraran fuertes protestas contra la disciplina. En el caso de Estados Unidos para cada especialidad, por peregrina y sorprendente que resulte, encontramos fervientes seguidores y tesón para conseguir el reconocimiento de la Asociación Americana de Psicología (APA), cuya lógica no es otra que mantener a estas distintas facciones ocupa­das. Los «psicólogos críticos» no han puesto su sello de esta manera en la APA, si bien fuera de Estados Unidos están presentes en numerosos países y con frecuencia les gusta creer que forman parte de una «sub – disciplina» de la psicología27.

Este reconocimiento e institucionalización de la psicología crítica se aprecia en el funcionamiento de los departamentos y centros de la psicología académica. Un gran número de estos departamentos son dirigidos a modo de atracciones turísticas. Entre sus objetivos se suele incluir contar con los servicios de un «psicólogo crítico», preferible­mente no más de uno. Entre otras funciones la etiqueta «crítica» también ha servido para marginar a las psicólogas feministas que desde hace tiempo desarrollan una crítica más sostenible de la disciplina28. Por tanto, la «psicología crítica» funciona cada vez más como una eti­queta «atrapa-lo-todo» que incluye a todo aquel que se aparte de la psicología experimental dominante29.

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