La génesis de los mitos y de los rituales 118

»En el fondo de esta mágica competición real de Nkole se encuentra el tema de los hermanos enemigos. Se organizan unos partidos en torno a los pretendientes, y el superviviente es el admitido a la sucesión.»

Es imposible, como se ha dicho anteriormente, diferenciar histórica­mente el ritual de su propia desintegración, en la realidad de un conflicto cuyas peripecias ya no están reguladas por el modelo. Esta indiferencia­ción es en sí misma reveladora. El rito sólo sigue vivo si canaliza en una dirección determinada unos conflictos políticos y sociales reales. El rito sólo sigue, por otra parte, si se mantiene la expresión conflictiva en unas formas rigurosamente determinadas.

En todas partes donde se poseen unas descripciones suficientemente detalladas de los ritos de rejuvenecimiento, se comprueba que también ellos reproducen la historia más o menos transfigurada de la crisis sacri­ficial y de la violencia fundadora. Significan respecto al conjunto de la realeza lo que el microcosmos al macrocosmos. Los ritos de la Incwala, en Swazilandia, han sido objeto de observaciones especialmente com‑

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A comienzo de los ritos, el rey se recluye en su recinto sagrado; in‑

giere muchas drogas maléficas, comete incesto con una hermana clasifi­catoria. Todo esto tiende a aumentar la silwane del monarca, un término que se traduce por «ser-como-una-bestia-salvaje». Sin quedar reservado al rey, el silwane caracteriza al monarca de manera esencial. El silwane del rey siempre es superior al del más valeroso de sus guerreros.

Durante este período preparatorio, el pueblo salmodia el simemo, un canto que expresa el odio respecto al rey y el deseo de expulsarlo. De vez en cuando, el rey, más animal-salvaje que nunca, hace una aparición. Su desnudez y la pintura negra que le recubre simbólicamente simbolizan el desafío. Se produce entonces un simulacro de batalla entre el pueblo y el clan real; el objeto de la lucha es el propio rey. Fortalecidos por unas pócimas mágicas y llenos de silwane, aunque en menor grado que su jefe, los guerreros armados rodean el recinto sagrado. Parece que intentan apo­derarse del rey, que el séquito de éste se esfuerza en retener.

17. T. O. Beidelman, «Swazi Royal Ritual», Africa XXXVI (1966), pp. 373-405. Cook, P.A.W., «The Inqwala Ceremony of the Swazi», Bantu Studies IV, 1930, pp. 205­210. — Gluckman, M., Rituals of Rebellion in South-East Africa, Manchester, 1954. ­Kuper, H., «A Ritual of Kingship among the Swazi», Africa XIV, 1944, pp. 230-256. — Kuper, H., The Swazi: a South African Kingdom, Nueva York, 1964. — Norbeck, E., «African Rituals of Conflict», American Anthropologyst, LXV, 1963, pp. 12544279.

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