Viernes 12 de febrero de 1965
Barry llegó unos minutos tarde, silbando por el corredor. Comenzó a cantar «No, no, no», sacó su cajón y comenzó a revolver el papel. Hizo cruces rojas en algunas hojas, y yo le comenté acerca de la distinción entre daño interno y externo. Rápidamente me aseguró que cuando la goma se pinchó el auto estaba parado, y luego agregó: «Usted es una basura, de todos modos. A mí qué me importa». Interpreté que en realidad le importaba, y mucho; que había hecho un esfuerzo para llegar ayer a la Clínica, y hoy tambiétí, a pesar de que cuando yo no estaba con él, una parte suya decía que a mí no me importaba y en consecuencia a él tampoco, y en su mente me pisoteaba y me mordía sin piedad. Estaba pisoteando la tiza que se le caía mientras escribía en la pared: «El espectáculo, invitados especiales Richard Caldicot, Frank Thornton, Robin Hunter, Ronald Rudd,
* HMS = Her Majesty’s Service = al servicio de Su Majestad. [T.J
128 D. WEDDELL
Angus Lennie, Priscilla Morgan, e invitados Rupert Davis, Ewen Solen, Victor Lucas». Luego invirtió los nombres de modo que los primeros se convirtieron en invitados y los segundos en invitados especiales. Escribió «Esta es su vida, dice Eamonn Andrews al elenco paraíso», «Esos que han estado en algo más que un espectáculo» y «esta edición fue presentada por Eamonn Andrews». En otra pared escribió. «pecho, pene, pezón, 50 centavos, publicaciones PA, New Cavendish Street 63″*, luego el precio fue reducido a 25 centavos mientras yo continuaba interpretando cuanto doble sentido podía encontrar. El dijo «Hola querida», sopló en mi ojo y luego trastabilló, dando la impresión de estar borracho o ciego. Cruzó el corredor cantando bajito, doce minutos antes, aproximadamente, del final de la sesión.
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