DURANTE EL EMBARAZO

El tema central y permanente de su análisis fue su necesidad de defenderse de esa madre tan perseguidora que, de mil maneras según aparecía en múltiples sueños, trataría de arrebatarle el hijo. Imago ésta que se proyectaba en la transferencia, alternando con la de una madre permisiva que la protegía de aquélla.
La maternidad no lograba llenarla, no le pertenecía, por la presencia constante de la madre persecutoria que amenazaba vaciar¬la. En algunos sueños pudimos ver que esperaba tener una nena, que la representaba tanto a ella como a la hermana con la que es¬taba muy ligada.
Las preocupaciones hipocondríacas pretendieron ocupar de nuevo el escenario de sus sesiones pero, en este momento, tenían por función probar si me asustaba, si yo era la madre, y ante mi res¬puesta interpretativa desaparecieron rápidamente.
El parto transcurrió normalmente, pudiendo utilizar el entrena¬miento adquirido para realizarlo sin dolor. En vez de un cuadro de retención del feto, que hubiera podido temerse dados sus anteceden¬tes, sólo se enojó con el partero por opinar que se lo habían sacado demasiado rápidamente.
Pero le era muy difícil separarse de la niña que había nacido: la consideraba parte de su self y trataba de reforzar con ella su iden¬tidad. Y desde el primer momento mantuvo con ella un contacto de mucho amor, pero en el que se hacía difícil diferenciar el cuidado, de la sobreprotección y negación de la separación.

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