-¿Hay pecados que no tienen retorno, ni conversión?

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¿Hay condenados en vida?

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¿puede ser que haya personas irremediablemente perdidas, que su pecado no tengo retorno?

Es claro que el endurecimiento en el mal y en el pecado hacen cada vez más dificil la conversión, pero… ¿puede en esta vida perderse toda esperanza?

Estaría muy bueno un post sobre el tema del estado de pecado grave continuo y la conversión. Que no me parece tan infrecuente incluso entre católicos de Misa Dominical.

Juancho.

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Juancho, en línea de principio en esta vida jamás se pierde toda esperanza.
Pero hay dos modos de meterse en un camino casi sin retorno, que en realidad es un solo camino que tiene dos vías.
La primera vía, que es la práctica, es la de los pecados que van de un modo muy grosero en contra de la sindéresis, repetidos de un modo sistemático y que terminan generando una cosmovisión que los justifique. El ejemplo más claro es el genocidio. No es un homicidio o dos aislados, es matar sistemáticamente miles de personas en base a una cosmovisión una idea asumida como explicación última de la realidad. De ahí es casi imposible el retorno, hay una automutilación de la conciencia que empuja a generar un sistema que justifique tremenda monstruosidad, una vez que el genocida parió el sistema, ya casi no hay vuelta, no hay modo de que entre la luz, se ha destruido el delicado entramado de sentimientos que nos hace hombres y que hace de caja de resonancia de la realidad y de la voluntad (de un modo diverso respecto de cada una). Los psiquiatras describen a los psicópatas más peligrosos como hombres absolutamente carentes de sentimientos. Algún psiquiatra cristiano muy intuitivo le escuché decir que los psicópatas eran una voluntad pura. A otro, más inteligente todavía, le escuché decir que eran como ángeles…. caídos. Pura determinación hacia el mal. Todos tenían algo de razón, el ángel elige de una vez y para siempre y al mismo tiempo que elige crea la idea o cosmovisión definitiva con la que para siempre interpretará la realidad. No hay posibilidad de arrepentimiento, como en el hombre. En el hombre, sin embargo, todo su sistema sensible y de sentimientos funciona como una caja de resonancia de lo real que le permite arrepentirse y reestructurar su cosmovisión de la realidad “mostrándole” (mejor sería decir “conmoviendo”) de un modo dinámico a la voluntad (el remordimiento por ejemplo) que se ha equivocado. Es entonces que la voluntad, conmovida por el sentimiento puede elegir entre ver la luz que quiere penetrar (para que se revise a sí misma) o sofocar ese sentimiento. Si elige dejarse con-mover por el sentimiento (que es caja de resonancia de la realidad y es puesto en acto por la sindéresis) sobreviene la con-versión. Si elige sofocar el sentimiento y apagar la luz sobreviene el endurecimiento cuasi definitivo.
La segunda vía, es más luciferina aún, es la vía de la voluntad de sistema. Concibo una idea interpretativa de la realidad y pretendo por pura voluntad de poder, como bien señalara Nietzsche, hacer coincidir toda la realidad con mi idea. Parece muy filosófica esta vía, sin embargo está en muchos que no saben demasiado de filosofía esta tendencia luciferina de hacer caber el mundo en la propia autoconciencia. Y en otros que sí saben filosofía… por supuesto.

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