Breve historia

Breve historia

Al nacer, Barry aparentemente era un bebé normal, aunque lloró muchísimo durante sus tres primeros meses, edad a la que fue destetado. Aceptó sin problemas los alimentos sólidos, en el sentido que dejó de gritar y comenzó a ganar peso. Fue entonces que se notó que miraba fijamente a los objetos y personas, con gran intensidad. Comenzó a caminar tarde, era un poco regordete y no hablaba, aunque hacía entender sus necesidades muy claramente. De todos modos era por completo intolerante a cualquier tipo de frustración e ignoraba aparentemente a los otros niños.

Los padres de Barry hicieron grandes esfuerzos para enseñarle a hablar y a los seis años parecía haber logrado cierto éxito tratándolo como si fuera un niño sordo. Aprendió algunas palabras de una niñera sueca, pero en general era considerado ineducable.

En esa época fue sometido a un breve tratamiento psicoanalítico en la Clínica Hampstead. Juzgado retrospectivamente, este tratamiento parece haber curado su autismo; pero le sobrevino el desarrollo de un carácter psicótico muy florido.

Barry fue enviado a tratamiento nuevamente a los doce años. En esa época era incapaz de ir a la escuela y, cuando estaba perturbado, era casi imposible manejarlo en la casa. Pasaba la mayor parte del día frente al televisor y comiendo allí, y sólo en muy raras ocasiones les hablaba a sus padres. Aparentemente era sensible a la firmeza de su padre y tenía con su madre una relación cercana y dependiente, en la que era como un amante muy dominador. Ella con frecuencia cedía a sus chantajes y amenazas para conseguir cierta paz, aunque muy precaria, en beneficio del trabajo del padre.

En la época en que Barry me fue remitido, sus dientes necesitaban atención, pero no era capaz de tolerar la silla del dentista más que unos segundos, y era imposible hacerle tratamiento alguno.

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