UN SECTOR DE LA IZQUIERDA TAMBIÉN EXALTA EL VALOR DE LA DEMOCRACIA

UN SECTOR DE LA IZQUIERDA TAMBIÉN EXALTA EL VALOR DE LA DEMOCRACIA

Tratar el problema del reduccionismo como un problema exclusiva­mente psicológico, como un problema a cuenta de la maleficencia de los psicólogos de derechas, sería insuficiente. En las democracias burguesas encontramos las condiciones políticas necesarias que sitúan en el mismo plano a la izquierda y a la derecha. La oposición política provoca zozobra y el buen funcionamiento de la sociedad, considerado lo suficientemente flexible por mucha gente respeta­ble, se distorsiona de modo que la perspectiva del cambio social radical es vivida como una amenaza y un motivo de incertidumbre.

Cuando en un tiempo pasado los trabajadores no tenían nada que perder, sino sus cadenas12, se apelaba a su unión para derrocar al capitalismo. En la actualidad, muchos trabajadores ponen en juego mucho más que las cadenas debido en parte a su mayor impli­cación psíquica con las dádivas que les brinda el capitalismo, las cuales exceden las suculencias que la sociedad del consumo ofrece a las henchidas clases medias.

La aparición de la psicología está muy vinculada al proceso por el cual las «cadenas» que atan a las personas a relaciones dañinas y mezquinas se hayan arraigado en el modo en que pensamos y nos relacionamos con los otros, como si se hubiera «interiorizado»13. Por tanto, resulta comprensible que los logros alcanzados por las democracias liberales sean comparados con las condiciones de vida ofrecidas por los regímenes de izquierda, las cuales suelen parecer peores.

 

LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA

Por ejemplo, algunos de los estudios más interesantes sobre «el autoritarismo», realizados por científicos sociales marxistas en la Alemania de los años treinta, fueron desarrollados poste­riormente por los mismos investigadores en una dirección bien distinta, coincidiendo con su exilio forzado en Estados Unidos14. El trabajo de la Escuela de Frankfurt sigue muy presente en la teoría social y política, si bien para la psicología social y la psico­logía política los cuestionarios y las investigaciones por medio de entrevistas realizadas por esta Escuela no son muy esclarecedoras. En el contexto de la sociedad «democrática» estadounidense de la posguerra, enfrentada al régimen soviético que asesinaba miem­bros de la oposición, esta tradición de investigación ponía cada vez más el acento en la «psicología» para llegar a concluir que la persona­lidad «democrática» era la mejor opción15. La misma política quedó reducida a las características de una variedad de personalidades, lo que supuso que la explicación marxista del fascismo (entendido éste como el último cartucho de la clase dominante para salvar el capita­lismo de la revolución comunista) desapareció por completo de los estudios académicos16.

Deja un comentario