Tonalidades. Los gruñidos masculinos, más y menos tonos.

¿CÓMO SE DEBEN EMPLEAR «LOS GRUÑIDOS»?

Las mujeres emplean un gran abanico de sonidos agudos y graves (cinco tonos diferentes) que incluyen «oh» y «ah», repetición de las palabras del interlocutor o del contexto e introducción de nuevos temas en la conversación. Los hombres, utilizan una gama de sonidos más restringida (tres tonos) y tienen dificultad para descifrar el significado que se esconde tras los cambios de voz, por lo que suelen hablar en un tono más monótono.

Para mostrar que están escuchando, los hombres utilizan el deno­minado «gruñido», una serie de cortos «hmmps» que a veces pueden ir acompañados de una señal de asentimiento con la cabeza. Las muje­res critican a los hombres por esta forma que tienen de escuchar, pues­to que aunque está escuchando, parece que no lo está. Sin embargo, las mujeres de negocios han aprendido a interpretar este gruñido como un equivalente de dinero. Si están exponiéndole una idea a un hom­bre, cuando le toca el turno a él, la mujer no debe hacer expresiones faciales como si estuviese con otra mujer, sino que tiene que quedarse sentada, inexpresiva, asentir, gruñir y no interrumpir. Hemos compro­bado que las mujeres que utilizan esta técnica suelen lograr mayor credibilidad en el mundo masculino. Las mujeres que responden con expresiones faciales que intentan reflejar los sentimientos del hombre (o lo que ella cree que son sus sentimientos) ven su credibilidad muy afectada y los hombres las suelen describir como «ligeras de cascos» o «atolondradas».

¿Cómo CONSEGUIR QUE UN HOMBRE ESCUCHE?

Cójale la agenda, anótele una hora de inicio y otra hora límite para terminar y dígale que no quiere que le ofrezca planes o soluciones. Dígale: «Allan, me gustaría hablar contigo sobre cómo me ha ido el día. ¿Te parece bien después de cenar? No quiero que me des solucio­nes, sólo quiero que me escuches». La mayoría de los hombres acepta­rán una petición como ésta porque tiene una hora, un lugar y un objetivo, todo cuanto necesita un cerebro masculino. Además, no tiene que hacer ningún esfuerzo.

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