Martes I° de junio de 1965

Martes I° de junio de 1965

Al llegar hizo mucho ruido y recorrió la mitad de camino al consultorio por sí solo, a pesar de saber que debía esperar hasta que yo estuviera lista para recibir­lo. En esta ocasión le mostré por qué no era posible llevarlo a mi consultorio pri­vado para su tratamiento hasta que su parte de niño grande pudiera controlar su violencia. Continuó muy ruidoso, cantando a intervalos «pene y pecho», pero. era obvio que escuchaba lo que le decía y al mismo tiempo redactaba «progra­mas» por todas las paredes. Borró algunos, lo cual era fuera de lo común, pero hizo muchas alteraciones. Mr. Magoo reapareció, también Mike Richards, Cannon Ball, Necklace, Survival. Hubo otra vez muchos gases y arrojó el trapo mojado por todas partes, lo restregó sobre la mesa y finalmente también en su cara.

Barry escribió en la mesa: «Esta es su vida. Repetición». Le hablé sobre su deseo de echarme a perder y de exprimir de mí hasta la última gota, hasta que yo estuviera exhausta y agotada (esto en referencia al estado en que yo había queda­do la sesión anterior, que sin ser nada extraordinario, me dejó sin embargo espe­cialmente exhausta). Rompió el trapo en pedacitos y usó trocitos de papel para limpiar la pared y luego hizo telescopios con papel que vinculé con su necesidad de espiarme adentro para ver el daño causado. Durante esta sesión, traté consis­tentemente de no usar ninguna de las palabras que él denigraba, y cada vez que pude mencioné cómo él extraía el significado de las experiencias emocionales cuando usaba «pene» o «pecho» de esa manera. Escribió: «Usted debe ser casti­gada» y lo repitió de manera mecánica con voz tipo Dalek*, pero se fue cantando «no tanto un programa, más un estilo de vida». Hubo menos desorden en las paredes, pero mucho en el piso.

Deja un comentario