LAS CONDICIONES CENTRALES DE LA TERAPIA REQUIEREN UN AISLAMIENTO IMPOSIBLE DE LAS RELACIONES DE PODER

LAS CONDICIONES CENTRALES DE LA TERAPIA REQUIEREN UN AISLAMIENTO IMPOSIBLE DE LAS RELACIONES DE PODER

En psicología las metodologías experimentales precisan del engaño y la manipulación explícitos de los sujetos. Hubo un fuerte interés en poder llegar a justificar tal engaño, de modo que el nivel de autoestima del sujeto volviera al estado en el que se encontraba antes del experimento.

 

IAN PARKER

El asesor rogeriano o terapeuta, con frecuencia un psicólogo disfrazado que seguramente ha psicologizado nuestro sentido de lo que supone ser humano, se sitúa en una posición tanto más peculiar. Debe mostrar autenticidad, calidez y empatía ante cualquier mentira o malicia de los clientes a la espera de que consigan llegar a la intuición de que son más genuinos, cálidos y empáticos para los otros46.

Esta técnica terapéutica sólo puede ser falsa y conducir al terapeu­ta rogeriano a la hipocresía —por buena fe que tenga no puede estar de acuerdo con todo lo que dice el cliente—y en connivencia con los meca­nismos de opresión si las afirmaciones de los clientes refuerzan el racismo y el sexismo. En fin, estamos ante un proceso terapéutico impo­sible, aunque políticamente oportuno, ya que su humanismo limitado contribuye a mantener la situación dentro de los márgenes de lo perso­nal y lo individual.

La tentativa de extrapolar esta aproximación a los contextos políti­cos revela a su vez las limitaciones del trabajo de Rogers. Uno de los textos de la santa aproximación rogeriana a los problemas reales de la vida apareció cuando fue invitado a visitar África durante los años del apartheid. De tal calibre era el trabajo que quería realizar para reunir a los jóvenes negros y blancos que estuvo dispuesto a romper el boicot que pretendía aislar al régimen, un aislamiento que obtuvo sus resultados, junto con las protestas multitudinarias sostenidas y la lucha armada. Según la mayoría de las crónicas, la intervención rogeriana no funcionó del todo bien. Al hilo de esta cuestión podríamos concluir que las rela­ciones de poder en las que la psicología ha invertido tanto esfuerzo en fomentar no pueden ser disueltas sentándonos junto con las víctimas y sonriéndolas afectuosamente47.

Deja un comentario