LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL REPRODUCE DETERMINADAS NOCIONES DE EVIDENCIA

LA TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL REPRODUCE DETERMINADAS NOCIONES DE EVIDENCIA

La psicología se encuentra en un callejón sin salida toda vez que intenta realizar tratamientos «evaluables» que satisfagan los requisi­tos establecidos por los «tratamientos basados en la evidencia». La terapia cognitivo-conductual (TCC) aparece en estos casos como el candidato, reduccionista y mecánico, idóneo30. Ahora, la sensación de problemas indefinidos y difusos experimentada por algunas personas es solucionada y tratada como si sólo se diera bajo cate­gorías definidas estrictamente, y que son las únicas que se toman en consideración desde el inicio hasta el término del tratamien­to. El enfoque consiste en procurar que los individuos imaginen que piensan de manera nítida y racional sobre sus vidas y que son capaces de enfrentarse a los problemas eficazmente. De este modo, las personas se convierten en pequeñas réplicas de psicó­logos modélicos.

Además de las limitaciones propias de este enfoque de la TCC, existen otros «efectos secundarios» peligrosos que los pacientes son capaces de apreciar tiempo después de haber rellenado la evaluación que le muestra al psicólogo (y, tal vez, la compañía de seguros) en donde expresan su conformidad con el buen funcionamiento del tratamiento. Posteriormente, cuando se producen sucesos impre­decibles e incontrolables y difícilmente interpretables, las nuevas habilidades cognitivas recientemente reforzadas pueden colapsar, dejándoles más indefensos y desesperados que en momentos pre­vios al tratamiento. Por supuesto, la manera de impedir que esto ocurra implica asegurar que las personas tengan vidas muy estructu­radas, sin lugar para lo imprevisto, y en las que no se les ofrezca

 

LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA

oportunidad alguna para cambiar sus estilos de vida o lo que creen ser. De este modo, los psicólogos clínicos que utilizan la TCC deben hacer valer un sistema de control social en donde las personas dis­pongan de un escaso margen de maniobra, negándoles la oportunidad de descubrir el significado de la alienación, para que no sea comba­tida ni trascendida a partir de la interpretación y transformación colectiva del mundo.

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