Psique y Eros

Desde donde miro

“Psique y Eros” fija mi punto de vista (burda imitación kirkegaardiana) y el lugar desde el que hablo, con la intención de renunciar a priori a toda posibilidad de posicionarme en un lugar de “observador absoluto”. Mi punto de vista es el mismo de “Mientras no tengamos rostro” de Lewis. Soy alguien que se da cuenta que tiene muchos rostros y ninguno (“Uno, nessuno, centomila” diría Pirandello [lo hiper recomiendo si alguien quiere divertirse un rato]) y que, después de un fragoroso recorrido existencial, sólo se anima a escribir en negativo respecto de la fe, señalando la naturaleza que no debe faltarle a la gracia para que sea verdaderamente gracia y no remedo ridículo, farisaico y demoníaco. Respecto de hablar en positivo de la fe por decisión absolutamente personal me niego. Lo poco que decido con temor y temblor en ese plano positivo lo guardo para mi exclusivamente, no quiero ser para los otros más que un Johanes Climacus y maestro humano de pedagogía exclusivamente negativa de decir “por ahí no”, jamás un “tenés que hacer esto, esto y estotro” a eso le escapo como al mandinga, y más que al mandinga. Y si alguna vez el mandinga cabrón me tuerce el brazo, y tengo que dar un conato de consejo positivo, lo haría desde mi subjetividad diciendo lo que yo haría en ese caso a modo de mera ilustración, jamás como modelo o consejo positivo per se considerado.

Por contradictorio que parezca el intento de este blog será que renunciemos a conocer nuestra propia imagen, que le demos poca bola, que de-reflexionemos, y que, como decía Ortega y Gasset, volvamos a las cosas, porque el ojo que se ve a sí mismo es el ojo que está enfermo, el ojo que tiene cataratas. El ojo sano, por el contrario, es pura transparencia de lo real. Del mismo modo nuestra imagen, o la imagen que tenemos de los otros, es más sana mientras está más ajustada a lo real, y por ese mismo ajuste funciona tan bien que ella misma desaparece de la conciencia transparentando lo real y no dejándose ver a sí misma.

Eros e Psique

e

…E assim vêdes, meu Irmão, que as verdades
que vos foram dadas no Grau de Neófito, e
aquelas que vos foram dadas no Grau de Adepto
Menor, são, ainda que opostas, a mesma verdade.

e

      Conta a lenda que dormia
      Uma Princesa encantada
      A quem só despertaria
      Um Infante, que viria
      De além do muro da estrada.

e

Ele tinha que, tentado,
Vencer o mal e o bem,
Antes que, já libertado,
Deixasse o caminho errado
Por o que à Princesa vem.

e

A Princesa Adormecida,
Se espera, dormindo espera,
Sonha em morte a sua vida,
E orna-lhe a fronte esquecida,
Verde, uma grinalda de hera.

e

Longe o Infante, esforçado,
Sem saber que intuito tem,
Rompe o caminho fadado,
Ele dela é ignorado,
Ela para ele é ninguém.

e

Mas cada um cumpre o Destino
Ela dormindo encantada,
Ele buscando-a sem tino
Pelo processo divino
Que faz existir a estrada.

e

E, se bem que seja obscuro
Tudo pela estrada fora,
E falso, ele vem seguro,
E vencendo estrada e muro,
Chega onde em sono ela mora,

e

E, inda tonto do que houvera,
À cabeça, em maresia,
Ergue a mão, e encontra hera,
E vê que ele mesmo era
A Princesa que dormia.

e

Fernando Pessoa

 

8 comentarios sobre “Psique y Eros

  1. Estimado Psique y Eros:

    Soy lectora del apreciado Wanderer y me parecieron excelentes sus últimas intervenciones. Me alegra mucho que haya creado el blog!

    Entre otras muchas cosas, una de las que me gustó especialmente es la que pone acá: su punto de vista. Y me parece que no se queda en palabras, sino que lo encarna… siempre lo más difícil.

    Un saludo y felicitaciones por el blog!

    Ruth

  2. Le agradezco sus conceptos, y espero que comiencen a salir temáticas interesantes en el blog para poder solucionar dudas de orden psicológico y humano que tocan lo más profundo de nuestra identidad.
    P y E

  3. ¡Qué bueno que haya decido abrir su blog!

    Con respecto a lo que dice de la propia imagen, y la que suponemos que tienen los otros de la nuestra, y que, a su vez, condiciona la nuestra, lleva mucho tiempo deshacerse de ella. Que, además, muchas veces, es fuente de desasosiegos e, incluso, enfermedades psico-emocionales. En fin, es lo que me parece, tal vez sea totalmente errado.

    Le agradecería que desarrollara un poco más el final del segundo párrafo de esta entrada de presentación.

    Saludos ramplones.

    Desahuciado II

    1. ¿Cómo está mi lazarillo gramatical y de estilo? Qué bueno verlo por aquí también.
      En realidad nunca nos deshacemos ni de nuestra imagen, ni de la imagen de los demás. Siempre necesitamos de nuestra imagen y de la de los demás para poder obrar. Pero como decían los escolásticos el concepto puede ser un signo «in quo» o un signo «quod». Si la imagen aparece como un signo «in quo» es decir, como dice Maritain, algo que desaparece él mismo para revelar una alteridad, es de lo más sano para nuestra mente. Cuando la imagen se presenta ella misma como objeto, es decir como signo «quod», ahí comienza el problema, ahí nos creamos arquetipos de «lo que deberíamos ser» que nos devoran, nos engullen y no nos dejan vivir.
      No, no está errado, un desajuste en este plano produce todo lo que usted menciona y mucho más.
      Que esté bien y espero con paciencia el hermoso amanecer en que cambie su seudónimo.

  4. Le agradezco su pronta respuesta. De todos modos, no entendí muy bien, no sé nada de filosofía. Si la imagen es necesaria, cómo puede desaparecer para revelar una identidad, y al mismo tiempo, no la dejamos de tener. Probablemente mi incomprensión surja de que no sé qué es un signo, y menos, un signo «in quo» o «quod».

    Sí capto muy bien que nuestra imagen (¿será la «quod»?) nos devora, nos engulle y, sobre todo, no nos deja vivir.

    Desahuciado II

    1. Pongamoslo así, cuando usted ve una foto de su madre, ¿qué ve? ¿a su madre?¿o la foto?. Si me concentro por la emoción y miro a mi madre de algún modo me olvido que estoy viendo una foto, la foto desaparece (en cierto modo). Si comienzo a mirar si la foto tiene buena iluminación, si está bien encuadrada, si la calidad del papel es buena, si está o no fuera de foco, ya dejé de ver a mi madre ahora solo veo la foto. La imagen de los demás es necesaria como un vidrio que transparenta la realidad. Si al vidrio le pinto una figura de lo que yo creo que debería ver, entonces ya no veo la realidad, sino el remedo de realidad pintado en el vidrio. El vidrio cumple su función en la medida que es transparente, que no se deja ver a sí mismo. Cuando comienza a mostrarse porque le pinté algo, entonces ya no veo más lo que está afuera, ahora veo nada más que lo que pinté. Y por desgracia lo que yo pueda pintar nunca llega ni de cerca a la policrómica riqueza de lo real. Nuestras pinturas siempre reducen y deforman lo real. Cuando una persona comienza a definirse mucho a sí misma: Viste, yo soy así y asá, y me gusta que las cosas se hagan así y de este modo, etc., es entonces cuando crea una imagen de sí y comienza a obrar mirando ese arquetipo que se convierte en un verdadero infierno, porque todo arquetipo es insaciable porque de suyo pide rigurosidad infinita en su cumplimiento. Espero haber sido más claro.

  5. Bueno, ahora sí, las metáforas o parábolas aclaran mucho más que los conceptos abstractos, al menos para el vulgo.

    Muchas gracias.

    DII

  6. Siempre dispuesto a aclarar mi lenguaje. Simplemente no tengo conciencia de si es abstracto o no, uso lo que pienso será la respuesta más adecuada. Mi expectativa respecto de mi interlocutor es siempre la más alta. Porque las expectativas, por medio de una profecía de autocumplimiento, generan el resultado. Pero no quiere decir que si mi interlocutor habla otro lenguaje por eso mismo sea vulgo, alguien con su cultura no lo es. Simplemente tiene un lenguaje distinto y en ese caso pruebo vías distintas para entendernos.

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