La figura de la diosa.

¿Por qué habrían hecho estos dos personajes tal intensivo uso de la identificación proyectiva? Parece indudable que se debe a la intensidad de su ansiedad persecutoria. Si recordamos la descripción de la diosa Kali como imagen de una madre que bebe sangre, se comprende el grado de ansiedad paranoide despertada. La diosa en un nivel representa a la madre cruel y en otro, la proyección de la imagen de una boca-vampiro, es decir, el amor oral destructivo.
Es la imagen de la madre filicida-Moloc descripta por Racker (18) , basada en las características del dios de los fenicios y asirios, Moloc, a quien se sacrificaban niños, colocándolos en el interior de las estatuas que lo representaban y quemándolos luego.
La identificación proyectiva sería un intento de preservar lo valioso poniéndolo en el otro, a salvo de esta parte voraz; pero, como tantas veces, en la defensa resurge lo que se quería evitar: la identificación proyectiva resulta entonces una manera de «hacerse devorar», alimentando al otro con la propia sangre.
Entre Nanda y Chridaman se había establecido un equilibrio simbiótico de identificación proyectiva dirigida en ambos sentidos, que fue amenazado por la aparición de Sita (re-encarnación de la madre) y llevado a su punto de ruptura por el embarazo de la mujer.
El embarazo introdujo la confusión que se debió, fundamentalmente, al incremento de las pulsiones agresivas desencadenadas y la intensificación de los deseos regresivos de identificación con el feto, reeditando la más primitiva fusión madre-hijo.
¿Por qué podía haberse incrementado la agresión en Chridaman en esos momentos? En la situación manifiesta, por celos y deseos hostiles hacia Nanda. Más profundamente, la hostilidad iba dirigida hacia Sita por la envidia frente al embarazo y los celos frente al hijo y, al mismo tiempo, la amenaza que éste significaba para el mantenimiento de la disociación, pues el hijo podría revelar que era fruto de Chridaman como de Nanda (con quien «Sita soñaba durante el abrazo conyugal») y por tanto obligarlo a integrarse con sus partes proyectadas en Nanda.
En esta situación, no sólo actuaban angustias confusionales, sino que también se agregaba una confusión defensiva: no querer saber quién era quién ayudaba a eludir la responsabilidad y la culpa, la fantasía de matar al padre por los deseos edípicos y a la madre por la frustración y la envidia.
Al mismo tiempo ello implicaba otro hecho igualmente importante: tener que hacerse cargo de su paternidad. Poder hacerse cargo de la paternidad o la maternidad es un jalón trascendente en el desarrollo de la identidad.
En nuestro personaje se puede apreciar que las ansiedades alcanzaron justamente su punto álgido cuando llegó el momento que
debió ser el de maduración instintiva y logro de la genitalidad adulta y su corolario, la paternidad-maternidad. En ese momento hizo crisis todo lo que previamente había dificultado el desarrollo de una buena integración, que es condición indispensable de un sólido sentimiento de identidad.
Esta crisis se debió, en gran parte, al temor y la culpa ante el pecho de una madre sanguinaria (Kali-Moloc) de quien fantaseaba haber bebido sangre, así como por las fantasías anales y uretrales de quemar y ser quemado, que se actualizaban y reforzaban ante la diosa-madre prohibidora de la genitalidad «cuyo vestido nadie levanta».
En el momento de mayor temor, que podríamos considerar una crisis adolescente psicótica, la disociación es máxima: la decapitación. M. Klein dice que en situaciones de ansiedad, el rasgo constante es que aumenta la disociación y se utilizan la proyección y la introyección para mantener los objetos persecutorios tan alejados como sea posible de los objetos ideales, a la vez que se intenta mantener ambos bajo control.
Corresponde, en un aspecto, a una fantasía maníaca en una situación melancólica en que el sujeto se suicida, al creer su muerte inevitable, para mantener el control sobre sus perseguidores y su propia muerte: pensar que se mata cuando él quiere y por su propia mano.
Tanto Chridaman como Nanda habían mostrado ya anteriormente, en el curso de los acontecimientos, la actuación de tendencias suicidas. Así, cuando el primero se enamoró de Sita pensó directamente en suicidarse sin intentar siquiera conquistarla, como no pudiendo tolerar la ansiedad de espera, mientras no sabía si podría conquistarla o no.

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