NOTAS

NOTAS

  1. Véase Bourdieu y Passeron (1990/2001) para un análisis sociológico trasgre – sor y revolucionario de cómo el funcionamiento del sistema educativo

reproduce las estructuras de clase, y para una perspectiva etnográfica en torno

a este mismo proceso, véase Willis (1980/1988). Para un estudio sobre cues‑
tiones relacionadas con la masculinidad y la escolarización, véase Frosh et al.

(2oo2). Análisis críticos de la educación «especial» como una forma de exclu­sión se hallan en Clough y Barton (1988). Para análisis imprescindibles de la discapacidad desde una perspectiva marxista, véanse Oliver (1990 y 1996) y Shakespeare (1998), y Goodley y Lawton (2004) para un estudio que incorpo­ra estas perspectivas en la psicología.

  1. Véanse Newnes y Radcliff (2005) y Timimi (2002). Sobre el uso de Ritalin para drogar a los menores, véase Scruggs y Breggin (2001).
  2. Véase Elliot (20o5a) para un planteamiento contrario al uso de la etiqueta «dislexia», y Elliot (2005b) para un análisis más amplio y sus respuestas a las críticas.
  3. Sobre la regulación de los menores en la escuela como acción política y ética, véase Dahlberg y Moss (2005).
  4. Véase Billington (2000) para una explicación de un psicólogo educativo radi­cal que intenta estirar y romper las reglas. Véase, también, Billington y Pomerantz (2004).
  5. Véase Goodley y Lawthom (2004) para una colección que reúne diferentes enfoques en torno a la discapacidad en la psicología y en los colegas.
  6. Sobre los estudios del racismo en la educación, véase la obra colectiva coordi­nada por Connolly y Troyna (1998) y el análisis de la «multiculturalidad» de Kincheloe y Steinberg (1997/1999). Para un enfoque militante radical, véase Coard (1971).
  7. Para un amplio abanico de perspectivas en torno al género y la escolarización, véase Arnot y Weine (1987). Sobre la regulación de la sexualidad por parte del

sistema educativo, véase Epstein y Johnson (1998/2000). Para aproximacio­nes generales a la discapacidad y la aparición del «modelo social», véase Marks (1999), y sobre el feminismo y la militancia en el ámbito de la discapacidad, véase Morris (1996). Para una perspectiva militante sobre la discapacidad relacionada con las nuevas tecnologías, véase Cromby y Standen (1999).

  1. Véase Goodley y Lawton (2004) para las explicaciones aportadas por académi­cos y militantes.

. Un ejemplo de cómo se aborda la «educación inclusiva» en la formación del profesorado se encuentra en Evans (2002).

11. Basaglia (1987) reúne descripciones del movimiento italiano de la «psiquia­tría democrática» y análisis teóricos.

12. Ramon y Giannichedda (1989) ofrecen una buena revisión de los aspectos centrales en los debates italianos y una valiosa comparación con el proceso del

 

LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA

cierre de los manicomios y su transformación en «atención comunitaria» (community care) en Reino Unido.

  1. Basaglia (2004/1982: 192).
  2. Véase Basaglia (1987) para una discusión sobre la desinstitucionalización.
  3. 15.   Véase Curtís et al. (2004) para ejemplos de las actividades incluidas en las celebración del «orgullo loco» (madpride).
  4. En los años ochenta, en los muros de Trieste había pintadas que acusaban a Basaglia de liberar a los locos del hospital para pasar a encadenarlos al traba­jo. Se rumoreaba que los seguidores de Guattari, el antipsiquiatra francés, estaban detrás de estas pintadas. Deleuze y Guattari (1977/1995) no estaban tan convencidos como los marxistas tradicionales sobre las posibilidades del trabajo creativo para superar la alienación.
  5. 17.   Para una discusión de las enseñanzas políticas aportadas por la «psiquiatría democrática» y sus perspectivas futuras, véase T. McLaughlin (2003). Ejemplos de cómo el contexto de lucha política en Sudáfrica condujo a formas más radicales de comprender la «salud mental» se encuentran en Eagle et al. (1989).
  6. Una primera presentación del trabajo de Romme y Escher (1989) se publicó en el Schizophrenia Bulletin (una revista de la psiquiatría dominante), y Romme et al. (1992) en el British Journal of Psychiatry. Los autores publicaron una versión más accesible en MIND (una fundación que aúna grupos británi­cos de salud mental de corte progresista) (Romme y Escher, 1993/2005). Diferentes exposiciones de los antecedentes y análisis de la formación de Hearing Voices Network se hallan en Blackman (2001) y James (2001). Para otras versiones por parte de sus más destacados miembros, véanse Coleman (1999) y McLaughlin (1996).
  7. Haddock y Slade (1995) plantean que la terapia cognitivo- conductual puede emplearse para tratar los «trastornos psicóticos».

2o. Para análisis de las relaciones entre el pensamiento y el lenguaje desde una perspectiva más marxista, alejada de la psicología, véanse Vygotsky (1962/2005) y Volo?inov (1973/2009).

  1. Littlewood y Lipsedge (1993) hacen una revisión encomiable de esta proble­mática y Rack (1982) intenta abordarla desde la psiquiatría.
  2. Para una comprensión de esta problemática en Reino Unido, véase Black Health Workers and Patients Group [grupo de trabajadores del sistema sani­tario y pacientes negros] (1983).
  3. Véase la explicación de Mamdani (2004) sobre la construcción de la identidad en el contexto del colonialismo en África.
  4. Spandler (1996) se basa en las explicaciones aportadas por las mujeres jóve­nes que se autolesionan y Cresswell (2005) ofrece una crónica de esta corriente en el contexto del movimiento de «supervivientes» (survivor move­ment) en Inglaterra.
  5. Para un ejemplo típico de revisión psicológica de las aproximaciones a la para­noia centrada en los problemas con las categorizaciones psiquiátricas dominantes, que, sin embargo, termina conceptualizando el problema en tér­minos psicológicos, véase Bell et al. (2003).
  6. Para una introducción y crítica de la representación de la «paranoia» en los discursos psicológicos y psiquiátricos, véase Harper (1994).
  7. Una discusión del papel de la terapia familiar en la normalización de las rela­ciones familiares se halla en Poster (1978). Para un ejemplo de este trabajo, véase Minuchi (1974/1992).
  8. Engels (1972/1987) presenta, a grandes rasgos, la interpretación marxista clá­sica de la necesaria imbricación entre la familia, la propiedad privada y el

 

IAN PARKER

Estado. Foucault (1981/2006) mantuvo que la práctica de «confesar» terapéu­ticamente nuestros deseos más íntimos a un profesional tiene su origen en la clase media, la cual pasaría a recomendarla como práctica saludable para el resto de la población.

29. Véase Hill (1983) para una explicación de la opresión psiquiátrica que sitúa en el contexto de la sociedad de clases. Pilgrim y Rogers (1983) ofrecen una

introducción sociológica de las relaciones entre el malestar mental y la clase, el sexo y la raza. Pilgrim (1997) se centra en el papel de la psicoterapia y sus relaciones con diferentes ejes de opresión.

3o. Las primeras afirmaciones representativas de las perspectivas narrativas más radicales en terapia fueron realizadas por White y Epston (1989 y 1990/2008),

publicadas por el Dulwich Centre, en Adelaida, Australia (Michael White resi­de en Australia y David Epston en Nueva Zelanda). Reformulaciones y ampliaciones de esta perspectiva de trabajo se hallan en Monk et al. (1997), Madigany Law (1998) y Parker (1999b)•

  1. Véase Selvini et al. (1978) como ejemplos de trabajos realizados desde la tera­pia sistémica, donde ya se planteaban perspectivas más abarcadoras del lenguaje y la sociedad. Selvini-Palazzoli et al. (1980) es el trabajo más citado sobre la práctica clínica en esta tradición.
  2. Sobre el modelo de las «habilidades sociales», véase Trower et al. (1978), y para una crítica humanista, véase Yardley (1979).
  3. Para un debate sobre las relaciones entre la terapia narrativa y el feminismo, véase Swan (1999). Para una versión del enfoque que aborda cuestiones culturales y de género (en el contexto irlandés), véase O’Reilly Byrne y Colgan McCarthy (1999), y para un trabajo narrativo con hombres y violencia masculina, véase Law (1999).
  4. El volumen coordinado por Paré y Larner (2004) incluye diferentes ejemplos.
  5. Steve de Shazer (1985/1986) es conocido por el enfoque terapéutico «centrado en las soluciones», al que daría una perspectiva más filosófica tras ser oficial‑

mente reconocido como terapia familiar (De Shazer, 1991). El papel

desempeñado por el «posestructuralismo» en esta perspectiva de trabajo es
analizado por Fish (1999). Para una discusión de las relaciones entre el trabajo

de Micahel White y Shazer, véase Chang y Phillips (1993), y para una mordaz
comparación de las perspectivas de Michael White y Michel Foucault (en quien

Michael White afirma basar su terapia narrativa), véase Luepnitz (1992).

  1. White (1986) ofrece una comprensión narrativa de la «anorexia». Para una exposi­ción del trabajo de la Anti-Anorexia League [liga contra la anorexia] en Vancouver, véase Grieves (1997 y 1998). Madigany Epston (1995) vinculan el cuestionamien­to de la psiquiatría a la acción colectiva. Véase, también, Madigan (1999).
  2. Monk et al. (1997) abordan esta cuestión desde la psiquiatría, la psicoterapia y el asesoramiento personal. Para un análisis específico del papel del «equipo reflexivo» (reflecting tearn) en relación a la psiquiatría, véase Madigan y Epston (1995/2005).
  3. Véase Coppock y Hopton (2000) para una visión del origen y declive del movi­miento de la «antipsiquiatría», y Spandler (2006) para una crónica del Mental Patients Union [sindicato de los pacientes mentales] desde el ala más radical. Véase las reflexiones de Foucault (2006/2005) en torno a la «antipsiquiatría».
  4. Véase May (2000) para un sugerente relato del contexto de la psicología clíni­ca británica.

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