CAPITULO VII EL MUTISMO EN EL AUTISMO INFANTIL, LA ESQUIZOFRENIA Y LOS ESTADOS MANIACO-DEPRESIVOS: CORRELACION ENTRE LA PSICOPATOLOGIA CLINICA Y LA LINGUISTICA’ *

CAPITULO VII

EL MUTISMO EN EL AUTISMO INFANTIL, LA ESQUIZOFRENIA
Y LOS ESTADOS MANIACO-DEPRESIVOS: CORRELACION ENTRE
LA PSICOPATOLOGIA CLINICA Y LA LINGUISTICA’ *

Donald Meltzer

En la práctica, el psicoanálisis depende tanto de la función del habla, que tendemos a darla por sentada hasta que debemos enfrentarnos con sus trastornos más severos. Esas situaciones nos hacen comprender en qué pequeña medida los psicoanalistas han conceptualizado hasta ahora esta actividad’ mental interior de la verbalización y su manifestación externa, la vocalización, para su propio uso clínico. Este capítulo es una contribución con ese propósito, destinada a ser usada en el consultorio y el cuarto de juegos; toma por lo tanto material de los recientes trabajos en lingüística, pero no puede afirmar que le ofrezca a ésta algo en cambio. Es conveniente, sin embargo, que las principales fuentes de nociones conceptuales se mencionen al comienzo, antes de considerar el material clínico. La formulación de la función del lenguaje utilizada está basada en gran medida en el trabajo de las siguientes personas: la concepción de Bertrand Russell de los metalenguajes en distintos niveles de abstracción; el concepto del lenguaje de Wittgenstein, como parte de la «historia natural» de los seres humanos, y su divi­sión en lenguaje profundo y superficial; la concepción de la base musical del len­guaje de Susan Langer, que aquí se considera para aplicarla al lenguaje «profundo» de Wittgenstein, y la «gramática profunda» de Chomsky; la concepción de Bion de que la identificación proyectiva se emplea como el modo primario de comuni­car estados mentales, y que se considera aquí como el contenido del lenguaje y de la gramática «profundos». Tal vez sea conveniente establecer con toda claridad que la concepción de este trabajo no concuerda con los puntos de vista que consi­deran a la mente equivalente al cerebro, y en consecuencia no armoniza con ideas

1 Trabajo leído en el XXVIII Congreso Internacional de Psicoanálisis, París, julio de 1973. Publicado en int. J. PsychoAnalysis, 1974, 55, págs. 397-404.

* También en Rey. PsicoAnál., 1973, 30, págs. 703-720. [N. del S.]

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basadas en la neuropatología, como las de Merleau-Ponty cuando emplea las observaciones de Goldstein sobre la afasia, ni tampoco con los criterios evolucio­nistas presentados (por ejemplo) por Roman Jakobson, que presume que el niño aprende comenzando con «emisiones de un ‘fonema-una palabra-una ora­ción»

Pero en lugar de llevar más allá este debate teórico, es preferible pasar a los hallazgos clínicos para demostrar cómo éstos contienen implícitamente una teoría del desarrollo y de la función del lenguaje, tanto de la verbalización como de la vocalización. El enfoque puede resumirse entendiéndolo como una operación de flanqueo enfocada en el autismo infantil, ya que en lugar de describir su fenome­nología clínica, se presentará material clínico de dos pacientes esquizofrénicos y uno maníaco-depresivo con el propósito de definir cinco factores de la función del lenguaje cuya perturbación conduce al mutismo. Luego demostraremos cómo los cinco factores operan en el autismo infantil, interfiriendo en que el habla sea parte de la «historia natural» de estos niños.

Estos cinco factores que pueden verse operar independientemente, por tandas

  • en conjunto, en las enfermedades mentales donde aparece una tendencia al mutismo, son los siguientes:

a)   Es necesario que el funcionamiento mental sea suficientemente ordenado para que tenga lugar la formación de pensamientos oníricos adecuados para la comunicación por algún medio, y no que meramente requieran evacuación (Bion).

b)  Debe existir un aparato capaz de transformar los pensamientos oníricos en lenguaje; este aparato consiste en objetos parlantes internalizados, de los cuales y en identificación con los cuales (ya sea por un proceso de identificación narcisista

  • introyectiva) se pueda aprender la gramática musical profunda para representar estados mentales.

c)   En los primeros años de vida, cuando aún es fuerte el impulso del laleo (lalling impulse), el niño debe edificar un vocabulario para describir el mundo externo, de modo que pueda desarrollar la habilidad para sobreimponer este lenguaje superficial y lexicográfico sobre el lenguaje musical más profundo; y ser entonces capaz de comunicar acerca del mundo externo.

d)  Estas transformaciones internas (habla interna) deben encontrar en el mundo exterior un objeto con suficiente realidad psíquica y adecuadamente dife­renciado del self para que necesite la vocalización de este proceso interno a fin de que tenga lugar la comunicación.

e)   El deseo de comunicación con otros seres humanos debe ser suficiente para sustentar el proceso continuo de formación de los pensamientos oníricos.

En el material clínico que se presenta a continuación, estos factores serán ilustrados de diversas maneras: Sylvia, una joven maníaco-depresiva, ilustra la pérdida del deseo de comunicarse (e) y el debilitamiento del proceso de transfor­mación del pensamiento onírico en lenguaje (b); Phillipa, una adolescente esquizo­frénica delirante, revela el proceso de formación de un objeto delirante para el cual no es relevante la vocalización del habla interna (d); y finalmente Jonathan, un adolescente esquizofrénico catatónico, demuestra en su recuperación la manera

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en que la introyección de un objeto parlante (b) da lugar al proceso de laico (e), una vez que los conflictos del paciente se han ido concentrando suficientemente en la relación transferencial para que sea posible recomenzar la función de formación de pensamientos oníricos (a).

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