SÍNTESIS

Hemos querido incluir un capítulo sobre identidad e ideología ya que, tal vez en este momento histórico más que en otros, resulta ser un factor de suma importancia para la consideración del vínculo de integración social, en continua interacción con los de integración espacial y temporal, en la adquisición del sentimiento de identidad.

Ideología es un término muy controvertido usado con distintas acepciones y significados, y también con distintas connotaciones valorativas.

Lo tomamos en su acepción más corriente, como una manera de ver el mundo, en función de una convicción valorativa de los vínculos entre los individuos y la sociedad pero que, a nuestro juicio, incluyen en cada individuo fantasías inconscientes específicas.

La ideología impregna todas las actividades del hombre, está presente en todos sus actos y gestos y gobierna sus relaciones con los otros hombres.

Describimos las funciones que cumplen las ideologías y los gru­pos ideológicos para el individuo, los significados de la elección de las ideologías y el uso que de ellas puede hacerse.

Diferenciamos las elecciones maduras de una ideología en fun­ción de un sentimiento de identidad sólidamente establecido, de las elecciones por imitación, por sometimiento, por identificación con el agresor o por otras razones de origen neurótico, en individuos inmaduros y con sentimiento de identidad precario.

Finalmente, diferenciamos dos categorías de uso de las ideo­logías que permite distinguirlas como regresivas y progresivas. Con­sideramos regresivas aquellas ideologías dogmáticas, rígidas que no admiten cambios y se adjudican la posesión absoluta de la verdad. Las ideologías progresivas, por el contrario, serían aquellas no satu­radas, abiertas al cuestionamiento y al cambio, y que conducen al conocimiento.

 

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