NEGARSE A CONVERTIR LA POLÍTICA EN PSICOLOGÍA

NEGARSE A CONVERTIR LA POLÍTICA EN PSICOLOGÍA

La psicología no debería, en ningún momento, utilizarse para explicar sucesos que acontecen en el plano político, ni recurrir a representacio­nes de normalidad y anormalidad para perpetuar supuestos ideológicos sobre lo posible y lo que debería mantenerse inalterado. Este tipo de cuestiones relacionadas con la transformación de las relaciones sociales y el tipo de sociedad en la que deseamos vivir pertenecen al ámbito del debate político. Reducirlas al plano psicológico supone introducir un elemento normativo y moralizante en el debate. Se debería alentar la participación de los psicólogos en la vida política, aunque como actores políticos en lugar de camuflados bajo la identidad de psicólogos. De lo contrario, la participación de la psicología en la política debería consi­derarse con recelo y mofan.

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