USAR Y ABUSAR, Y PEDIR CUENTAS

USAR Y ABUSAR, Y PEDIR CUENTAS

La disciplina está organizada en torno a marcadas divisiones entre los que descubren y suministran el conocimiento psicológico (extraña­mente divididos, a su vez, en conocimiento «básico» y «aplicado») y los que están sujetos al mismo. Y aunque se ha prestado atención al abuso profesional, por el momento los psicólogos han salido bien parados6.

Caracterizar a los consumidores de la psicología como meras víctimas indefensas supone obviar la manera en que las explicaciones psicológicas han pasado a saturar a la sociedad contemporánea y el modo en que la cultura psicológica penetra en la vida cotidiana de los

 

IAN PARKER

profesionales y los académicos hasta el punto de llegar a creerse las explicaciones y las falsas soluciones ofrecidas por la disciplina tanto como el resto de las personas.

Todos «utilizamos» y somos utilizados por la psicología en determinados momentos de nuestras vidas. Por tanto, se trata de encontrar los medios y los recursos que nos permitan afrontar esta situación para superar la oferta psicológica con la ayuda de recursos alternativos. Para ello planteamos un primer grupo de reivindi­caciones transicionales que, en lugar de victimizar a los usuarios de los servicios psicológicos, los consideren personas autónomas capaces de enfrentarse a la psicología en un esfuerzo que les repor­te bienestar.

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