Los mecanismos obsesivos. Su relación con la despersonalización.

En la medida en que fueron cediendo los mecanismos obsesivos y aparecieron los de despersonalización, el análisis de estos últimos permitió suponer que se trataba de técnicas arcaicas que presumi­blemente habían surgido por los conflictos con sus imagos primitivas y como consecuencia de estados de angustia que su yo, débil, no había podido soportar (6) . Pude obtener la plena confirmación de dichas suposiciones cuando el paciente logró recordar, con sentida emoción, después de un tiempo de analizar estos procesos, que los había experimentado en su niñez. Consiguió evocar con precisión los episodios: uno le ocurrió ante un médico y otro frente a un maestro entre los cinco y ocho años. Poco después, rememoró que había sufrido perturbaciones similares al acostarse por las noches, durante un período de su niñez en que dormía en la misma habi­tación que su hermana. Lo explicó como intentos de eludir la apro­ximación sexual con aquélla por las burlas de sus compañeros, vivi­das muy traumáticamente, ante quienes se había jactado de haberla poseído.

La íntima relación psicológica existente entre los mecanismos obsesivos y la despersonalización se basa primordialmente en la semejanza de los elementos que los integran. Son características, en uno y otro caso, las técnicas de desplazamiento y generalización. T. Reik (15) afirma en su trabajo que «no se ha valorado suficien­temente el parentesco entre la neurosis obsesiva y la despersonali­zación. Así como en la primera la perturbación de la capacidad amatoria conduce a la duda que finalmente lo invade todo, en la segunda ocurre un retiro de la catexis en la libido que se extiende también a todas las personas y cosas. El sentimiento de culpa del obsesivo y los sentimientos de insuficiencia del melancólico se acer­can mucho, psicológicamente, a la sensación de falta de sentimientos del despersonalizado». Se puede inferir entonces que si la defensa obsesiva fue sustituida por la despersonalización —más regresiva históricamente— se debió a la gran semejanza entre los significados latentes de ambos síntomas. El mecanismo obsesivo se encontraba incorporado a la estructura caracterológica y, por lo tanto, no era susceptible de ser concientizado como tal por el paciente; en cam­bio la despersonalización surgía como un fenómeno de inusitada in­tensidad y en forma aguda, absorbiendo completamente la atención del yo.  Pero el común denominador de ambas situaciones estaba constituido por la parálisis afectiva en uno y  otro caso.

 

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