BILLAR Y CIENCIA NUCLEAR.

En nuestra investigación, hablamos con gran número de profesionales de billar americano y europeo. Un excampeón mundial afirmó: «las mujeres que juegan profesionalmente a billar piensan y actúan como hombres». Sin embargo, las jugadoras estaban convencidas de que si practicaban tanto como sus compañeros varones llegarían a ser tan buenas como ellos. Muchas dijeron que la actitud de los hombres ha­cia ellas era una de las principales razones de que el porcentaje feme­nino fuese tan insignificante. Ante nuestra pregunta sobre la superio­ridad espacial de los hombres, sobre su ventaja para medir la velocidad relativa y los ángulos de las bolas, las distancias hacia los agujeros y la posición final de la bola blanca, contestaron que «nunca habían oído hablar de eso». Una vez más, citaban a los hombres como los responsa­bles de la ausencia de mujeres en los campeonatos.

El Instituto de ingenieros nucleares afirmó: «Mantenemos una po­lítica de igualdad entre sexos, pero contratamos a las personas según sus habilidades, no según su sexo». Las cifras que nos ofrecieron contenían un porcentaje del 98,3 por ciento de ingenieros nucleares mas­culinos. Un dato interesante es que el departamento de investigación del Instituto sostuvo que las mujeres ingenieras tienen mayor capaci­dad para trabajar con las letras que los hombres, mientras que éstos muestran mayor habilidad con los números. Este dato parece lógico, puesto que las letras están relacionadas con gente, con relaciones hu­manas y habilidades verbales, a diferencia de los números, que tienen conexión con la relación espacial de las cosas.

Si volvemos la mirada atrás y hojeamos los libros de historia, vere­mos que prácticamente ninguna mujer ha sobresalido en áreas que requerían habilidad espacial y razonamiento matemático como el aje­drez, la navegación o la aeronáutica. Hay quien puede justificar esta ausencia femenina debido a la tiranía masculina, que ha mantenido alejada de estas profesiones a las mujeres a lo largo de la historia, pero si echa un vistazo a su alrededor hoy en día, observará que las mujeres que eclipsan a los hombres en tareas que requieren habilidad espacial son, sin duda, una minoría. Puede que sus cerebros hagan que se decanten por la protección de su hogar, en vez de preocuparse por atacar al contrario.

Las mujeres sobresalen en áreas en las que pueden desarrollar su creatividad como el teatro, la enseñanza, relaciones humanas y la lite­ratura, es decir, los ámbitos en los que el razonamiento abstracto no es primordial. Mientras que los hombres juegan a ajedrez, las mujeres bailan y decoran la casa.

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