EN LA REVOLUCIÓN RUSA DE 1917 SURGE UN NUEVO INTERÉS EN LA ACCIÓN

EN LA REVOLUCIÓN RUSA DE 1917 SURGE UN NUEVO INTERÉS EN LA ACCIÓN

La Revolución de Octubre de 1917 fue un acontecimiento muy ines­perado para la mayoría de los marxistas tradicionales (sobre todo para los que consideraban al marxismo como una ocupación acadé­mica o una visión del mundo cuasi religiosa), al igual que para la clase dominante. Los marxistas que defendían a ultranza que los regímenes feudales serían reemplazados por los capitalistas sin que hubiera lugar para la revolución socialista asistieron a una compre­sión de estas supuestas «etapas» históricas. Ahora las concepciones alternativas del «desarrollo desigual y combinado» de los centros capitalistas y de la periferia «subdesarrollada» estaban en mejor situación para explicar lo sucedido en Rusia. Estas concepciones alternativas arraigadas en un contexto de cambio de la sociedad rusa indicaban que sería imposible desarrollar una revolución por sí misma, es decir, el «socialismo en un solo país»4.

Las transformaciones revolucionarias incluyen innovaciones en el arte, la ciencia y la vida personal, junto con el derrocamiento de las leyes reguladoras del matrimonio, la sexualidad y la infancia, así como la concesión del reconocimiento de los derechos de los oprimidos por el antiguo régimen. Los cambios revolucionarios acae­cidos desde 1917 hasta principios de la década de los años veinte fueron

 

IAN PARKER

de gran amplitud, aunque el aislamiento del nuevo régimen y la crista­lización de la burocracia con Stalin vieron cómo se reprimía a los que no se atuvieran a las directrices del partido. El ámbito de la vida perso­nal también se vio afectado. Por ejemplo, muchos cambios progresistas en la posición de las mujeres fueron revocados cuando Stalin, en el intento de reforzar su poder, apeló de nuevo a los viejos valores reac­cionarios de la «nación» y la «familia»5

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