UN NUEVO NÚCLEO DE CONCIENCIA SURGE EN LA AMÉRICA LATINA DE 198o

UN NUEVO NÚCLEO DE CONCIENCIA SURGE EN LA AMÉRICA LATINA DE 198o

La Unión Soviética estaba demasiado lejos de Estados Unidos para proyectar allí todo tipo de conspiraciones y amenazas. Para algunos era como un «imperio del mal» que confirmaba la idea de que una alternativa socialista al capitalismo pasaba por una dictadura brutal. Para otros, desgraciadamente, parecía ser el lugar donde el paraíso terrenal se hubiese hecho realidad. Las revoluciones en América Latina, lugar que a Estados Unidos le gusta considerar como su «patio trasero», supusieron una amenaza más directa. Para las clases diri­gentes la mayor amenaza de la revolución cubana en 1959, y peor aún la nicaragüense en 197945, radicaba en que eran más democráticas que los regímenes respaldados por Estados Unidos. Los sandinistas en Nicaragua contaban entre sus líderes con sacerdotes jesuitas, lo que supuso que la «teología de la liberación» fuese parte del progra­ma político como una fuerza movilizadora que desde la práctica social cambiaría para muchas personas el significado de la «espiritualidad».

IAN PARKER

Si Marx había considerado la religión como el «opio del pueblo» o, de manera más benévola, como el «corazón de un mundo sin corazón», la teología de la liberación enseñaba que las concepciones religiosas del yo y la realidad podían encaminarse hacia un proyecto de cambio». Los psicólogos, a quienes les gusta justificar las ideas religiosas como ilu­siones, si en el mejor de los casos se trata de neuróticos o en el peor de los casos de delirios sintomáticos de la psicosis, también estaban con­mocionados. La nueva generación de trabajadores-sacerdotes tenía algo que enseñar a las concepciones psicológicas de «salud mental» cuando demostraban que la revolución podía ser saludable.

Los efectos del bloqueo contra Cuba, la caída del muro de Berlín en 1989 y la consiguiente pérdida de apoyo económico externo, junto con el triunfo de los «contras» en Nicaragua, respaldada por EE UU, ejercieron una creciente presión sobre Castro. De igual manera que el «socialismo en un solo país» no era factible en la Unión Soviética, la garra del imperialismo sobre Cuba condujo a una fuerte burocratiza­ción del régimen47, si bien es cierto que las conquistas de la revolución deben ser defendidas y que un mundo despiadado cercena América Latina de la peor y más brutal de las maneras.

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