Superyó Social. Adolescencia e Identidad.

 

El niño, desde los primeros instantes de la vida está en contacto constante con el ambiente social, entonces representado por la madre. Si bien es cierto que cada individuo nace con un determi­nado bagaje constitucional, su personalidad se organizará, además, según la calidad e intensidad de la influencia ambiental, simboli­zada inicialmente por sus familiares y, más específicamente, en  primer término la madre y luego el padre y los hermanos.

En la adolescencia, el desequilibrio y la disolución de las rela­ciones estables entre los sistemas psíquicos, y la perturbación cre­ciente e inevitable en los vínculos objetales, gravitan enormemente en la patología de su identidad. Las crisis confusionales de las que hemos hablado, provocadas por las vicisitudes del desarrollo psicobiológico y aumentadas por el fracaso del grupo familiar y social para solucionarlas (debido a sus propias crisis) , crean mo­mentos de verdadera despersonalización que se reflejan dramática­mente —en ocasiones— en la búsqueda desesperada por instalarse en una determinada identidad. Se ha señalado que el adolescente, por su propia problemática, es representante de una estructura en crisis que comprende la familia y la organización social; se trans­forma entonces en portavoz de los grupos sociales marginales justa­mente por ser él mismo un sujeto en transición, y por estar margi­nado en nuestra sociedad (4) .

Los ritos de pubertad en las sociedades primitivas constituyen un claro ejemplo de las severas limitaciones impuestas por las prohibiciones del superyó social para que no se trasgredan ciertas normas del grupo privilegiado adulto amenazadas por las pujantes tendencias del joven adolescente alimentadas por su revolución psi­cobiológica. Eso explicaría las sospechas y la desconfianza que suelen instalarse en la relación entre el adolescente y sus padres, y que lo llevan a buscar constantemente sustitutos parentales frente a quienes está más libre de conflicto y que, por lo tanto, resultan más capaces de satisfacer sus aspiraciones.

 

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