LA DIMENSIÓN ‘BÍO-PSICO-SOCIAL’ ES UNA TAPADERA PARA SUBORDINARSE A LA PSIQUIATRÍA

LA DIMENSIÓN ‘BÍO-PSICO-SOCIAL’ ES UNA TAPADERA PARA SUBORDINARSE A LA PSIQUIATRÍA

La dependencia de la psicología con respecto a la psiquiatría incita tanto más a que algunos psicólogos aborden el estudio de las fun­ciones cerebrales y los efectos de la medicación para cortocircuitar las molestas relaciones con los psiquiatras. Por ejemplo, así se explica que los psicólogos, en vez de cuestionar la función de la medicación, estén deseosos de poder prescribirla.

Hubo un momento en el que los psicólogos tuvieron que rivalizar con otras profesiones para que sus funciones fueran debidamente respetadas, aunque en la actualidad controlen numerosos departa­mentos académicos y clínicos, y tengan la capacidad de decidir sobre su objeto de investigación y, más importante aún, cómo investigarlo. A pesar de que los contenidos concretos de la teoría psicológica

 

IAN PARKER

cambian año tras año y que el papel del enfrentamiento político por parte de las personas sujetas a categorías que patologizan su conducta ha sido de extraordinaria importancia a la hora de rede­finir lo que entendemos por «normalidad» y «patología», aun así, el avance de la disciplina psicológica tiene consecuencias más insidiosas. Junto a la psicologización de los problemas vitales de la sociedad capitalista —la tendencia gradual a que las personas se culpen a sí mismas de los problemas sociales, y que busquen y hallen soluciones individuales a la injusticia económica—, la metodología de la psicología, como disciplina, ha reforzado la idea errónea de que sólo importa aquello que puede ser observado y medido directamente. Este mismo «giro» hacia la evidencia en el «tratamiento» tensa el circuito de control social y restringe a los que buscan nuevas formas de vivir, de ser.

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