Sentimiento de identidad y evolución psicosexual. PErspectiva de Mahler.

El sentimiento de identidad se encuentra estrechamente vincu­lado con la evolución psicosexual. La noción del cuerpo resulta esencial para la consolidación de la identidad del individuo.) Todo el mundo se experimenta a sí mismo como ligado inextricablemente a su cuerpo. En la medida en que uno percibe que está vivo, siente que es real y sustancial. En la medida en que se siente con­substanciado con su cuerpo, tendrá también un sentido de su conti­nuidad personal en el tiempo (11) , y de la continuidad de sus ligaciones objetales y sociales ocurridas durante el curso de dicho tiempo. Los ojos, las manos y en general el rostro y los genitales son las áreas más significativas para el reconocimiento del cuerpo propio y ajeno (6) . El sentimiento de la propia identidad deriva de la experiencia del contacto corporal placentero con la madre, en el sueño y en la vigilia, en el que se libidiniza la superficie del cuerpo, percibiéndola como límite entre el yo y el mundo. M. Malher (13) opina que las dos fases cruciales en la formación de la identidad son la fase de separación-individuación que para la aurora se completa entre el año y medio y los tres años, reforzada por las experiencias locomotoras, y la fase de la resolución de la identificación bisexual, en la etapa fálica.

Su tesis es que la madre debe servir de buffer frente a los estímulos internos y externos permitiendo gradualmente el arribo de las tensiones energéticas de los órganos a la superficie del cuerpo y la depositación en ella, que se vivencia entonces como límite interno y externo. En la segunda fase, en que el interés se centra en zonas genitales de la imagen corporal, es importante la identificación exitosa con el, progenitor del mismo sexo y la actitud emocional de ambos padres.

 

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