La roca de Rodin, no siempre es inmóvil. La actividad de resolución de problemas se activa con la actividad espacial.

EMPLEAR LAS HABILIDADES ESPACIALES PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS

Las diferentes formas de «sentarse en la roca» incluyen leer el periódi­co, jugar a squash, ir a pescar, jugar a tenis, a fútbol, reparar algo o ver la televisión. Un hombre sometido a presión invitará a otro hombre a jugar algún deporte y, mientras tanto, evitarán conversar, pero si se trata de un deporte en el que tiene que utilizar la habilidad espacial estará utilizando la parte frontal de su hemisferio derecho que, al mis­mo tiempo, le ayudará a encontrar soluciones a su problema. Parece ser que al estimular su zona cerebral relacionada con la habilidad es­pacial acelera el mecanismo de resolución de problemas.

¿POR QUÉ JUGUETEAN TANTO LOS HOMBRES CON EL MANDO A DISTANCIA?

Un hombre que no hace más que cambiar de canal del televisor con el mando a distancia pone de los nervios a cualquier mujer. Él se sienta en el sofá como un zombi apretando los botones y cambiando de canal sin estar más de un minuto en el mismo. Cuando un hombre hace esto es que mentalmente está sentado en su roca y ni siquiera se percata de la programación de cada canal. Al cambiar de canal puede olvi­darse de sus problemas e intentar buscar soluciones a las dificultades de los demás. A las mujeres no les gusta tanto cambiar de canal. Nor­malmente se limitan a ver un programa, a descifrar la trama y las rela­ciones entre los personajes. La adicción al periódico es una excusa si­milar para los hombres. Las mujeres tienen que comprender que cuando los hombres están realizando estas actividades son incapaces de escu­char o recordar la mayoría de las cosas, por lo que resulta muy inapro­piado elegir esos momentos para conversar. Lo que debería hacer, es decirle a él a qué hora le gustaría mantener una conversación. Tiene que recordar que sus antepasados se pasaron un millón de años sentados en una roca totalmente inexpresivos mientras divisaban el horizonte y, claro, el hombre actual sigue sintiéndose cómodo rememorando estas actividades.

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