Ejemplo. La metamorfosis de Kafka.

La metamorfosis de Kafka ilustra elocuentemente la relación entre el esquema corporal y el sentimiento de identidad. Como hemos visto, el esquema corporal está implícito en el resultado de lo que introyectamos y proyectamos; es decir, de nuestra relación con los objetos y el mundo. De modo que se comprende fácilmente que la concepción de nuestro cuerpo guarde estrecha relación con los estados afectivos que resultan de los vínculos con los objetos más cercanos. Se desprende entonces que cuando Gregorio, el pro­tagonista de la novela de Kafka, se despierta una mañana convertido en una especie de insecto, está expresando con dicha metamorfosis toda una serie de fantasías inconscientes que se traducen por medio de la introyección en su cuerpo de los aspectos más conflictivos de su relación con sus familiares. Entre otras razones, se transforma en parásito como represalia por haber vivenciado a sus familiares como parásitos que vivían a expensas de él, ya que era el único que trabajaba. En otro nivel, representa la búsqueda de una satis­facción regresiva para poder participar en forma permanente de la vida familiar, mediante una elección masoquista de identidad que lo llevaría inevitablemente a sucumbir ante sus tendencias autodestructivas.

 

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