LOS ESTUDIOS EUROPEOS COMPLEMENTAN LOS ESTUDIOS DE LA IDENTIDAD INDIVIDUAL HASTA CIERTO PUNTO

LOS ESTUDIOS EUROPEOS COMPLEMENTAN LOS ESTUDIOS DE LA IDENTIDAD INDIVIDUAL HASTA CIERTO PUNTO

Tal vez la psicología social estadounidense, individualista e insensible, sea un blanco demasiado fácil, y los presupuestos de los estudios experimentales sobre la obediencia y la conducta grupal, motivo de burla fácil para los europeos. ¿Es la situación mucho mejor al otro lado del Atlántico, en la casa de Le Bon y de otras muchas ideas igualmente

 

LA PSICOLOGÍA COMO IDEOLOGÍA

ridículas sobre la irracionalidad de las masas? Lamentablemente, la falsa oposición entre la psicología social «estadounidense» y la «europea», en donde los europeos se presentan como más genuina­mente «sociales»35, ha servido para ocultar el reduccionismo sobre el que se erige los estudios europeos de la psicología de grupos. La distinción entre la psicología social estadounidense y la europea es un desacierto en el sentido que desguaza el mundo de la investiga­ción social en estos dos superpoderes, al tiempo que los que se encuentran en los márgenes los convierte en las víctimas de la mala psicología estadounidense, cuya única ambición de mejora se limi­ta, por lo visto, a ser buenos europeos.

Los estudios definitorios de la categorización grupal rea­lizados por Henri Tajfel, por ejemplo, mostraban que colegiales en Bristol recompensaban más a su «grupo» incluso si se había formado a partir de unas bases totalmente ficticias36. Este estu­dio dio lugar uno de los debates más fútiles en la psicología social entre los defensores de la importancia de la «identidad indivi­dual» y la «identidad social», respectivamente. En cualquier caso, la lección seguía siendo que nuestra «identidad» tiende a favo­recer a los nuestros. Y es así que el conflicto entre «nosotros» y «ellos» ha ocupado a los psicólogos sociales europeos en un sinfín de estudios banales37, antes de que, hombro con hombro con los americanos, emprendieran su propia batalla contra la acción colectiva a gran escala y redujeran la política a la psicolo­gía social.

Deja un comentario